Una apuesta por el trabajo colectivo

Vista Hermosa, Meta. A Natalia Rivera, mujer en proceso de reincorporación de 23 años, el trabajo en prevención de violencias basadas en género que ha podido desarrollar en el marco del proyecto VIVAS: visibles, valientes, autónomas y seguras, le ha permitido comprobar lo lejos que se puede llegar cuando se camina acompañada. Sin embargo, ella reconoce que no ha sido un camino fácil. “Es un gran reto hablar de estos temas en los territorios”, afirma. “Las personas tienen muchos tabúes frente a la violencia de género.".

Su experiencia en este proyecto, financiado por la Embajada de Suecia en Bogotá e implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), le ha permitido acercarse a las personas, especialmente a las mujeres, y a ponerse en los zapatos de los demás para aprender a construir desde lo colectivo. Solo así, asegura, se pueden lograr los grandes procesos que permiten el empoderamiento de las mujeres y la prevención de violencias en su territorio.

“Este proyecto nos ha demostrado, por ejemplo, que debemos apostarle a los procesos para alcanzar la autonomía económica de las mujeres como una forma de contrarrestar la violencia basada en género que se da por la dependencia económica en la que se ven inmersas en muchos casos las mujeres”, explica Natalia desde el Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) Georgina Ortiz, ubicado en el municipio de Vista Hermosa, en el departamento del Meta.  

Por eso, junto a ella, mujeres en proceso de reincorporación y de la comunidad le apostaron a la sastrería y los espacios de cuidado de los niños y las niñas para alcanzar la autonomía y el empoderamiento. Así nace Hilos de Paz, una iniciativa sostenible y de impacto comunitario con la que esperan apoyar a las mujeres tanto del territorio, como de comunidades aledañas. Esta iniciativa de sastrería y diseño textil surgió a partir del trabajo colectivo de las mujeres en proceso de reincorporación quienes, como Natalia, buscan acabar con las relaciones desiguales entre hombres y mujeres.

Para Natalia, Hilos de Paz representa la esperanza. “He logrado entender que somos fuertes y poderosas y que somos capaces de generar un cambio en la sociedad”,afirma, pero, ante todo, le ha permitido fortalecer su liderazgo y entender que “somos seres humanos, tenemos sentimientos, tenemos derechos y somos diferentes y, en ese sentido, nos unimos como mujeres para decirle al mundo que nosotras construimos y luchamos a diario por la paz, la reconciliación y la igualdad de género”.