Para Mariela Moreno el compromiso con la niñez, la adolescencia y la juventud de Tauramena, Casanare, transciende los límites de su hogar. Con su participación en el proyecto liderado por OCENSA y OIM, hoy sus esfuerzos están puestos en fortalecer los lazos de confianza y el tejido social en su comunidad para que todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes crezcan en entornos seguros para la garantía de sus derechos.

Bogotá, septiembre de 2022. De pata al suelo y hablar golpeado, pero buena gente y siempre con las puertas abiertas. Así describe Mariela Moreno a los y las casanareñas y, de paso, así resume lo que es ella. Una mujer de carácter fuerte, colaboradora y con una energía contagiosa que ha dejado atrás su profesión como radióloga para convertirse en lideresa por la protección de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres de Tauramena, Casanare.

A sus 39 años, ella hizo de su casa un punto de encuentro para las mujeres de la Junta de Acción Comunal del barrio Villa Ester que lidera. Desde mayo, 15 mujeres se pusieron cita allí para participar de los espacios de formación que brindó OCENSA y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como parte del proyecto para prevenir el reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en este departamento. 

“En los talleres hemos tratado sobre los derechos de los niños y niñas, sobre la violencia sexual y los entornos protectores. Sobre cómo hablar con nuestros hijos y cómo expresarle a la comunidad cuando sus derechos son vulnerados”, cuenta Mariela, quien también recuerda con claridad la oportunidad que tuvieron las participantes de soltar los problemas de su casa y expresar sus sentimientos en un espacio seguro para ellas.

Además de reconocer que estos espacios han transformado la vida de sus compañeras, no solo como mujeres, sino como madres, hay algo que ha generado especial inquietud en Mariela: cómo tener conversaciones sobre sexualidad con sus hijas. “Lo que nos decía la profe es hablar con sinceridad y estar con nuestras hijas más como amigas. No enredarles diciendo que la cigüeña, sino explicarles cómo realmente ocurre la concepción de la vida”, responde.

Encontrar las palabras adecuadas para entablar estas conversaciones con sus hijas de 9 y 23 años ha sido todo un reto para ella. Mariela reconoce que es un tema difícil porque siente que, a pesar de su edad, ha crecido pensando que la sexualidad es un tabú. Sin embargo, intenta poner sobre la mesa estos temas que dice le resultan incómodos, pero que sabe son necesarios de transmitir a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para que tomen decisiones acertadas. 

Mariela junto a su hija menor en Tauramena, Casanare.

Como madre, pero sobre todo como una lideresa sensible y atenta a las dificultades que vive su comunidad, el proyecto le ha permitido entender que el papel de las familias y de la comunidad es clave a la hora de proteger y garantizar los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Su responsabilidad consiste en escucharlos, generar relaciones de confianza para que expresen sus dudas e inconformidades y guiarlos con información adecuada.

“El rol es mirar cuál es la ruta y saber a dónde y con quién llevarlos. Ayudarlos a manejar el problema. Nosotros no somos el profesional encargado cuando hay demasiadas vulneraciones, pero somos un camino para poder llegar a la solución final”, afirma Mariela.

Para ella, que la niñez, la adolescencia y la juventud cuenten con la información adecuada para tomar decisiones se ha convertido en la bandera de su liderazgo. “Si desde nuestras casas o como lideres les enseñamos cuál es la realidad y lo que está pasando, entonces sabrán que aquello que decimos no es lo mismo de, por ejemplo, las redes sociales, porque allá se tergiversa la información”, explica.

Mariela tiene claro el legado que quiere dejarle a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Tauramena: que sean líderes y encuentren en el trabajo comunitario un camino para hacer valer sus derechos y poder crecer alejados de contextos de violencia. Un legado que construye con las mujeres de su organización, y, sobre todo, que promueve desde su propio hogar, especialmente con su hija menor, quien desde ya sigue los pasos de liderazgo de su madre.

El proyecto de prevención del reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Casanare, liderado por OCENSA y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), permitió potenciar las capacidades y habilidades individuales, comunitarias e institucionales para la protección integral de la niñez, la adolescencia y la juventud en Tauramena y Monterrey. Esta acción se enmarca en el mandato de la OIM para desplegar esfuerzos de estabilización comunitaria y consolidación de la paz, y responde a la estrategia de relacionamiento con el sector privado, al que reconoce como socio clave para el desarrollo de alianzas en beneficio de las comunidades con mayores condiciones de vulnerabilidad. Conoce más aquí.

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