Francis emprendió hace dos años su viaje hacia Colombia en compañía de sus tres hijos, quienes actualmente tienen cinco, tres y un año. Actualmente tiene 39 semanas de embarazo.

Tener una casa grande, sin importar que sea en Colombia o Venezuela, ha sido el principal sueño de Francis*. A sus 22 años de edad, recorrió a veces en transporte, a veces caminado, los 1.300 kilómetros que separan su ciudad natal de Antioquia. Cada paso lo dio en compañía de sus tres hijos, a quienes miraba cada vez que alguna complicación se presentaba en el camino. Este viaje lo emprendió por ellos, para poderle dar mayor estabilidad a su familia. 

“Yo vendí mis cosas para poder pagar mi pasaje y poderme venir con mis tres niños. Pero eso fue un proceso. El paso de la trocha fue, como se dice, lo peor que pude haber pasado porque la niña mía tenía dos añitos, y yo le decía: ‘Corre mami, porque allá está tu papá esperándote’”, recuerda Francis. Una vez en Colombia, Francis estuvo de paso en algunos pueblos del nororiente del país, su fugaz estadía en ellos se debió principalmente a que no lograba obtener ingresos económicos y fue el detonante para que su esposo marchara con rumbo hacia Perú mientras ella y sus hijos, en cambio, emprendieran su trayecto hacia Antioquia.

Francis está en su semana número 39 de embarazo. Espera poder obtener un trabajo estable después de dar a luz.

“En esos momentos es cuando uno necesita de ayuda, para seguir principalmente”, menciona Francis al recordar su llegada al departamento.

“Un hermano me ayudó por un tiempo, pero un día dejó de ayudarme y quedé sin hogar. Ahí llame al 1,2,3. Y así fue, yo creo que no pasaron 15 minutos después de que yo llamé, me hicieron la entrevista, me hicieron el traslado y me dijeron que por mi estado no me iban a sacar” relata sobre su llegada a uno de los Alojamientos Colectivos Temporales dispuestos por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Antioquia, en los que, como parte de la estrategia de asistencia humanitaria, se provee a población migrante y refugiada venezolana un ambiente digno y seguro en el cual recibir servicios que mejoren sus condiciones de vida al cubrir sus necesidades básicas durante un periodo de tiempo específico.  

Algunos de los servicios que se pueden encontrar en los alojamientos son alimentación, atención psicosocial, acompañamiento técnico en control de infecciones y educación frente a la contingencia, asistencia en salud sexual y reproductiva, así como entrega de kits humanitarios con enfoque diferencial. “Aquí por lo menos ahorita tengo una ecografía pendiente, a las jornadas de salud que han ido me han llevado, tanto a mi como a los niños. Ahorita ya los metí a crecimiento y desarrollo, ellos también me han ayudado para lo del Permiso (Temporal de Protección)”, manifiesta.

Antes de ingresar a las habitaciones de los alojamientos, las personas pasan por una revisión general de salud y atención psicológica

Respecto a sus planes para el futuro, Francis es optimista “Yo decidí darme una oportunidad, para que después de que me salga la barriga, establecerme acá en Colombia. Para lograr las cosas hay que pensar en grande. Yo siempre he querido tener un puesto de comidas, porque a mí me gusta cocinar (…). Y para mis hijos quiero que estudien. Ellos van a poder, aunque yo sea bachiller”, dice.

Los Alojamientos Colectivos Temporales son una iniciativa que se encuentra en 14 departamentos del país, en el marco del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes Venezolanos, realizado por la OIM con el apoyo financiero de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) de los Estados Unidos el cual tiene como meta asistir con alojamiento a 25 mil refugiados y migrantes venezolanos. 

*Algunos nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES