Yarelis Robertis, a sus veintiún años, y a pesar de sufrir de una leve desviación congénita en una de sus piernas, tomó la decisión de salir de Venezuela y emprender una travesía a pie para llegar al territorio de Perú.  “La situación me estaba volviendo loca. Ver que tu madre se enferma, ver que uno se enferma y no tienes para una medicina, es demasiado fuerte”.

 

Yarelis en el comedor comunitario de Cali. Martes 31 de julio.

 

Después de pasar la frontera del Puente Simón Bolívar, Yarelis descansó un día en Cúcuta y caminó tres días y medio hasta llegar a la ciudad de Bucaramanga, en donde colombianos le brindaron comida y abrigo, la alentaron para continuar su recorrido.  

Dice que tuvo que salir de Venezuela porque allá el dinero, ni a ella ni a su familia, les estaba alcanzando para comprar alimentos. “Mi abuela y mi mamá son las únicas personas que yo tengo en Venezuela.  Mi abuela es docente de primaria, y su sueldo no le alcanza ni siquiera para ayudarse a ella misma”.

Aunque inició el viaje sola, pudo reencontrarse días después con su novio. Juntos, recorrieron la ruta por las carreteras colombianas, que conducen hacia el sur. Una vez que llegaron a Cali, Valle del Cauca, se establecieron en un campamento improvisado, a poca distancia de la Terminal de Transportes de la ciudad, en donde se encontraron con varias familias y grupos de venezolanos durmiendo en carpas y cambuches. 

El Fray Francisco Nel Leudo, Director de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, menciona que "son alrededor de 120 venezolanos los que diariamente ingresan a la ciudad", quienes en su gran mayoría se encontraban con sus compatriotas en este campamento instalado en el crestón de suelo levantado a la orilla del río Cauca, conocido como el ‘Jarillón de Cali’. 

Para llegar a Ecuador, y posteriormente a otros territorios de América del Sur, los venezolanos deben pasar por el puesto de control del Puente Internacional de Rumichaca, ubicado en la ciudad de Ipiales, Nariño.  Entre Cali y Rumichaca hay más de 478 Km de distancia, un trayecto que en carro puede llegar a durar más de 9 horas. 

Diariamente, varios grupos de ciudadanos colombianos se acercaban al sector del ‘Jarillón de Cali’ para donar alimentos, ropa y elementos de aseo a los venezolanos. Estas muestras de solidaridad fueron impulsadas y canalizadas por la Alcaldía y la Pastoral Social de Cali a través de los medios de comunicación.  Sin embargo, en vista de que la situación se estaba convirtiendo en un problema de orden y de salud pública, como también humanitario, diferentes organismos e instituciones aunaron esfuerzos para darle una solución apropiada, digna y oportuna a través de una operación de traslado humanitario.

 

Reunión interinstitucional, previa a la activación de la operación, coordinada por la OIM. Lunes 30 de julio.

 

Fue así, como la Organización Internacional para la Migraciones (OIM) -con el respaldo financiero del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas  (CERF por su sigla en inglés) ejecutó en conjunto con Migración Colombia, la Defensoría del Pueblo, la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Santiago de Cali, la Arquidiócesis de Cali, la Pastoral Social, Congregación de los Misioneros Scalabrinianos, la Fundación Casa de la Tercera Edad, la Cruz Roja Internacional, el Programa Mundial de Alimentos (PMA/WFP) y otros socios una operación que facilitó el tránsito de más de 600 venezolanos desde la ciudad de Cali hasta el Puente Internacional de Rumichaca, la cual se desarrolló entre julio y agosto de 2018.

“De acuerdo y respetando las competencias de cada una de las entidades de la Alcaldía y de la ciudad (...) hemos estado atentos a todo lo que se ha venido presentado con los venezolanos. La Secretaría de Bienestar Social ha estado apoyando a la OIM en la caracterización, han trabajado de la mano. La Secretaría de Salud ha atendido desde los diferentes frentes. Y, por supuesto, en la Secretaría de Seguridad y Justicia hemos apoyado en conjunto con la Policía Metropolitana de Cali”, explica Martha Lucía Díaz Torres, representante de la Secretaría de Seguridad y Justicia de la ciudad de Cali, haciendo referencia al proceso y tratamiento que se le ha dado a los venezolanos en la ciudad.

Como primera medida, los venezolanos que se albergaban en el sector del ‘Jarillón de Cali’ fueron conducidos a un albergue o comedor comunitario instalado en la Fundación para el Adulto Mayor, en donde recibieron alimentación y servicios sanitarios y de duchas. Allí, el equipo de la OIM inició la fase de caracterización, con el propósito de identificar cuáles eran las características principales, las demandas y preocupaciones de este grupo de personas. Igualmente, se identificó a las personas que tenían interés de transitar voluntariamente hacia otros territorios de América del Sur, como Ecuador, Perú y Chile.

 

La OIM acompañó el traslado voluntario de los venezolanos hasta el primer albergue comunitario.

Tras la caracterización, los migrantes y sus familias fueron trasladados a las oficinas de Migración Colombia, en donde se llevarían a cabo los trámites de registro migratorio.

 

Yarelis, y un grupo de 80 venezolanos reciben instrucciones en Migración Colombia para llevar a cabo un proceso de traslado ordenado.

 

Para la fase final de la operación, la OIM ofreció varios autobuses para facilitar la movilización los venezolanos desde Cali a la ciudad de Ipiales, en donde serían recibidos en condiciones apropiadas -se les brindó desayuno, servicios sanitarios y de duchas, camas para descansar y un kit de aseo personal- por la Congregación de los Misioneros Scalabrinianos en un hogar de paso, para posteriormente ser trasladados al corredor fronterizo con Ecuador.  

Este traslado voluntario permitió que más de 600 personas, entre hombres, mujeres, niños y adultos mayores, lograran continuar en condiciones dignas y humanas su trayecto por el país.

 

Funcionarios de Migración Colombia revisaron las pertenencias de los migrantes venezolanos antes de que abordaran los autobuses que los llevarían hasta Ipiales.

 

En uno de los autobuses destinados para tal jornada, después de haber hecho todos sus trámites de registro y caracterización, Yarelis Robertis y su novio se enrutaron hacia la ciudad de Ipiales. “Mi destino es hacia Perú, ahí me están esperando, mi cuñada me está esperando. Voy a estar en el núcleo en donde entre los tres nos vamos a ayudar y vamos a salir adelante”.   

Según Migración Colombia, hasta el 12 de agosto de 2018, se registraron 423.011 salidas de venezolanos por el puesto fronterizo de Rumichaca, que equivale a casi el doble del total de salidas de venezolanos que hubo por ese mismo puesto fronterizo en todo el año 2017 (231.010).

 

Proceso de caracterización de venezolanos en Cali.