Tener un emprendimiento y sacarlo adelante es el objetivo de muchos nacionales venezolanos y colombianos retornados en busca de un nuevo comienzo para sus vidas en Colombia. En este proceso y gracias a su dedicación y constancia, muchos han encontrado el apoyo del Programa de Estabilización Comunitaria (CSA) de USAID, implementado por la OIM.

“Nos preguntaron de todo ahí… Que la misión, que la visión, que el precio, que los costos, que los objetivos… Tuvimos mucha angustia”. Así, con ese tono jocoso que la caracteriza, recuerda Giomary Carolina Perozo, líder del emprendimiento de pasabocas Los Chiquinquireños, ubicado en Barranquilla, sus presentaciones ante los comités evaluadores que le rían el visto bueno para continuar con su proceso de fortalecimiento empresarial.

“Salimos victoriosos porque para todo teníamos respuesta, pero ¡qué sufrimiento!”, dice esta mujer zuliana que llegó a Colombia hace poco más de tres años. Ella, junto con su esposo, su hermana, su mamá, y un domiciliario que contrataron, conforman el equipo de Los Chiquinquireños, uno de los más de 300 emprendimientos que han recibido acompañamiento del Programa de Estabilización Comunitaria (CSA) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el apoyo de la Fundación Hogar Juvenil en Barranquilla.

Emprendedores que hacen parte del Programa de Estabilización Comunitaria presentan sus proyectos ante un comité evaluador para tener la oportunidad de fortalecer sus iniciativas.

“Siento que todo me lo he ganado, pero creo que por ese esfuerzo me corresponde el doble. Lo dimos todo”, señala divertida Giomary, mientras espera la aprobación para la compra de una nevera, un horno, una batidora, un computador y un aire acondicionado que les permitirán mejorar los procesos de elaboración de sus productos congelados, así como facilitar y sistematizar las tareas administrativas.

Llegar a esta fase ha sido todo un camino. Giomary, y los demás participantes del proyecto, han debido pasar por un proceso de organización y creación de elementos básicos como su misión, visión, tabla de costos, plan de negocios, mapas de sueños, y otros requerimientos con los que el equipo de la OIM, de la mano con Fundación Hogar Juvenil en Barranquilla, se asegura de que el emprendimiento vaya por buen camino. Con este apoyo, se busca que los emprendimientos sean sostenibles en el tiempo y que los beneficiarios del proyecto están realmente comprometidos en su estabilidad.  

“Han sido varios filtros…. ¡Tantas cosas que hemos pasado!”, señala Giomary, orgullosa de haber superado las pruebas de 15 minutos ante los jurados, pero también de haber sido capaz de terminar sus extenuantes jornadas de trabajo. Dedicarse a llenar formatos y responder preguntas hasta el amanecer, hacer diapositivas y cuadros de Excel en el celular -a falta de computador-, y tener que empezarlas una y otra vez porque cada llamada que entraba dejaba en cero el proceso. De tener las fuerzas para alentar a otros cuando se sentían desfallecer. “Es que en verdad tienes que esforzarte y no cualquiera lo logra”, señala.

La constancia, la clave para crecer

El proceso de fortalecimiento de los emprendimientos del Programa CSA incluye acompañamiento en fortalecimiento empresarial, así como refuerzo psicosocial. Con ello,  se busca mejorar la motivación personal y reforzar la autoestima y la confianza, para superar el miedo y la incertidumbre que rodean el comienzo del proceso, así como evitar las renuncias durante su evolución.

El acompañamiento constante de los asesores psicosociales –y hasta los ensayos previos que realizan para mejorar la expresión oral y no verbal - permite que los participantes lleguen más seguros a las presentaciones y saquen a relucir la resiliencia que tienen como común denominador.

Para Giomary, esto implicó aprender a trabajar sus emociones y fortalecer sus convicciones que, hoy, después del proceso, puede mencionar con orgullo: “merecemos apoyo, tenemos la posibilidad de volver a creer, tenemos oportunidades, venimos a contribuir y el conocimiento que tenemos es útil, estamos aportando en la economía y promoviendo la interculturalidad”.

Para ella y los demás emprendedores que hacen parte de este programa, el trabajo continúa, pues una vez sean aprobadas las compras de insumos para fortalecer sus operaciones, sigue el refuerzo psicosocial con el trabajo en habilidades blandas. En esta etapa, se fortalecerán habilidades como la comunicación asertiva, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos, así como profundización en asuntos empresariales, comercialización y marketing, de modo que el proceso sea sistémico y tenga el impacto en la integración socioeconómica de los participantes.

Durante el proceso, tanto nacionales venezolanos como retornados colombianos, logran empoderarse y recuerdan todo lo que son capaces de hacer. “Me siento fuerte, sin temor a decir lo que pienso y convencida de que lo que tengo y lo que logro me lo merezco”, puntualiza Giomary.

 

 

Emprendedores que hacen parte del Programa de Estabilización Comunitaria presentan sus proyectos ante un comité evaluador para tener la oportunidad de fortalecer sus iniciativas.
SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 11 - CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS