Proteger la naturaleza es una tarea que Diego Barrios desempeña con total destreza y entusiasmo. Con su participación en el proyecto conjunto con OCENSA -como parte de la articulación de OIM con el sector privado- este joven ambientalista de 21 años reafirmó la idea de que, a través del cuidado del medio ambiente, es posible hacer de Monterrey, Casanare, un territorio seguro para todos los niños, niñas y adolescentes de su comunidad. 

Bogotá, octubre de 2022. Cuando Diego Barrios se presenta dice con contundencia que es ambientalista. Lo dice, pero además lo refuerza con la pasión y experticia con la que habla del medio ambiente y su indiscutible compromiso por cuidar a quienes lo habitan. A sus 21 años, él dedica su tiempo libre a cualquier actividad que le permita aportar a la protección ambiental de Monterrey, Casanare, porque cree que allí también está el futuro de su comunidad.
 
Diego inició este camino hace seis años guiado por uno de los profesores de su colegio, a quien tanto recuerda por haber inspirado en él, ese sentimiento de cuidado hacia la naturaleza. Con su apoyo formó la Red de Jóvenes por el Medio Ambiente, un grupo de 25 hombres y mujeres con quienes comparte esa pasión asistiendo a jornadas de limpieza, siembra y protección de las zonas turísticas de su municipio.
 
Esta acción ecológica fue una de las siete iniciativas comunitarias fortalecidas en el marco del proyecto de prevención del reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Casanare liderado por OCENSA y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Gracias a esto, los y las jóvenes lograron visibilizar ante sus familias el compromiso que cada uno ha ido cultivando por el cuidado de su municipio, afianzando así su liderazgo y habilidades para trabajar a favor de su comunidad.
 
Como parte de este proyecto, Diego y sus compañeros y compañeras participaron de espacios formativos que él describe como una experiencia enriquecedora. “Fueron actividades para escuchar sus problemas, entenderlos, expresar emociones y eso permite evitar la violencia porque ya no están buscando pleitos. Estos espacios nos hacen pensar distinto, conocer los puntos de vista de los demás”, explica.

Al preguntarle por la actividad que más le impactó, Diego no duda en recordar el día en el que el grupo ambiental que lidera recibió apoyo por parte del proyecto para sembrar 100 árboles que, de manera simbólica, significaron el nacimiento de Monterrey como un territorio seguro para la garantía y protección de los derechos de la niñez y la adolescencia.

Una actividad que Diego solía hacer con sus compañeros y compañeras de la Red de Jóvenes por el Medio Ambiente, pero a la que se sumaron con entusiasmo las familias de la comunidad con el objetivo de unir esfuerzos por la defensa y cuidado de la naturaleza, y, sobre todo, con el propósito de hacer de Monterrey un municipio sano y libre de violencia.

Para este joven el futuro está en el cuidado del medio ambiente. Lo dice no solo porque quiere que las nuevas generaciones conozcan y disfruten de un planeta protegido, sino también porque sabe que al involucrar a jóvenes de su comunidad les invita a disfrutar su tiempo libre en actividades que no pongan en riesgo sus propias vidas.
 
“Quiero que las próximas generaciones conozcan y aprendan a utilizar las plantas medicinales; que crean que en el campo sí se puede sacar cultivos de alimentos como el plátano o el maíz. Espero que esas generaciones reciban mi legado que será dejarles un territorio con muchos árboles”, concluye. 

El proyecto de prevención del reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Casanare, liderado por OCENSA y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), permitió potenciar las capacidades y habilidades individuales, comunitarias e institucionales para la protección integral de la niñez, la adolescencia y la juventud en Tauramena y Monterrey. Esta acción se enmarca en el mandato de la OIM para desplegar esfuerzos de estabilización comunitaria y consolidación de la paz, y responde a la estrategia de relacionamiento con el sector privado, al que reconoce como socio clave para el desarrollo de alianzas en beneficio de las comunidades con mayores condiciones de vulnerabilidad. Conoce más aquí.

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