Alexander es un joven venezolano, que migró a Colombia en busca de una nueva vida. Ahora es miembro activo de la comunidad del Agrado, en Piendamó, Cauca y, como líder juvenil, trabaja por la paz y bienestar en esa región del país.
 
Alexander García tiene 25 años y nació en Caracas. En 2017 llegó a Cali, y estando en esa ciudad, un familiar de una excompañera lo contactó y le ofreció ayuda mientras lograba ubicarse laboralmente en el país. Ellos vivían en El Agrado, una vereda del municipio de Piendamó, Cauca, y se dedicaban a la agricultura. Así fue como Alex empezó a trabajar en el campo, realizando tareas en cultivos de café y cuidado de pollos. 

Acostumbrado a la vida de una ciudad, trabajar en el campo fue un cambio drástico para él. Sin embargo, rápidamente se enamoró de los paisajes y la calma de esta región del país. También aprendió algo de la historia reciente de Colombia y de cómo este territorio había sido impactado por el conflicto armado. Cuenta, además, que la comunidad de El Agrado lo ha recibido muy bien y le ha permitido explorar espacios para crecer como líder juvenil y aportar, con sus conocimientos y experiencia, a otros jóvenes del territorio.

El Agrado es una de las comunidades priorizadas por el Programa Hilando Vidas y Esperanza (WLH) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Alex ha participado en varios proyectos del Programa dirigidos a mejorar la calidad de vida, la salud mental y el bienestar de las familias e individuos de la comunidad. 

Uno de los proyectos en los que se involucró Alexander es el de los Espacios de Aprendizajes Autogestionados (SOLE, por sus siglas en inglés), que buscan cerrar la brecha digital de las comunidades rurales. Mediante encuentros comunitarios donde las personas se reúnen en grupo a realizar búsquedas en internet, para resolver grandes preguntas. Así, de forma colaborativa, los participantes adquieren herramientas digitales que les ayudan a mejorar su calidad de vida.

Alex y un compañero colombiano, Fabián, son embajadores SOLE. Es decir que, tras aprender la metodología, han liderado cinco de estos espacios en su comunidad. Dice que lo que más le gusta es ver cómo participa gente de todas las edades. “…porque son los niños los que enseñan a los adultos a usar el computador y juntos aprenden sobre temas de interés para todos”. 

“…porque son los niños los que enseñan a los adultos a usar el computador y juntos aprenden sobre temas de interés para todos”

Alex también participa en el grupo de Jóvenes Hilando Juntos, la estrategia psicosocial del Programa. Allí, él y otros jóvenes han aprendido a expresarse, han fortalecido su liderazgo, animándose a replicar los conocimientos aprendidos y a ser gestores de cambio en sus territorios.

Este año, Alex también fue voluntario del Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos que, por primera vez, y con apoyo del Programa WLH, llegó a comunidades rurales históricamente afectadas por la violencia en Colombia. Hoy Alex continúa liderando espacios de aprendizaje digital, cine comunitario y cultura para niños y niñas de la comunidad, y quiere hacer lo mismo con personas mayores y adultos. Su sueño es trabajar fuertemente unos años para ahorrar y comprar un terreno, ojalá ahí mismo en El Agrado, donde se siente como en casa. 
 

SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES