El asentamiento La Pista, del pueblo Yukpa, en el cual Ricardo Mejía es uno de los líderes educativos, se encuentra a tres horas y media del casco urbano del municipio Agustín Codazzi, conocido como la capital agroenergética de Colombia, en el departamento del Cesar.

 

El programa IRACA® de Prosperidad Social en alianza con el Programa Inclusión para la Paz (IPA) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se ha encargado de acompañar y apoyar el desarrollo laboral, educacional y social en diversas zonas rurales de los municipios de La Paz y Agustín Codazzi (Cesar), atendiendo especialmente a 279 familias de los resguardos Menkwe, Mishaya y La Pista.

 

“Soy profesor desde hace 24 años. Tengo 50 años y 15 hijos. En la escuela ahora estamos organizando mejor las clases, en ciencias sociales, ciencias naturales, matemática y otros más” cuenta Ricardo, quien es uno de los cuatro profesores de la escuela ubicada en La Pista, en la cual atiende y enseña a 16 estudiantes.

Aunque en el pueblo Yukpa se comunican principalmente en su lengua ancestral, Ricardo cuenta que actualmente se ha buscado que en la escuela se aprenda otra lengua extranjera como el español”, él personalmente aún se encuentra entendiendo y conociendo la lengua, pues el habla de manera esencial cuando es necesario.

 

Sin embargo, la comunidad se resiste a perder su esencia. Por eso, la conservación de la lengua ancestral y el respeto por sus tradiciones son unas de las prácticas más importantes, las cuales son promovidas por líderes como Ricardo Mejía. “El cultivo tradicional nuestro es el maíz cariaco, el ‘mej’ -dice en su lengua ancestral- es la base nuestra. Después de eso hay varios cultivos como el fríjol de bejuco, yuca, malanga, plátano, tabaco, algodón”.

 

El acompañamiento brindado por Prosperidad Social en alianza con el Programa IPA ha traído como resultado el avance y apoyo en el cuidado y producción de cultivos para sus huertas como medida de seguridad alimentaria. El profesor Ricardo manifiesta que estos nuevos cultivos se utilizan de manera específicas: “las hortalizas nuevas nos han llevado a no mezclarlas con lo que cultivamos tradicionalmente. Nosotros, por ejemplo, comemos carne de monte, pero no le echamos cilantro porque el sabedor dice que puede espantar a los animales que siempre hemos cazado. En cambio, se la echamos mejor a la carne o al pollo que compramos.”

 

Para líderes comunitarios como Ricardo La presencia del programa IRACA® les ha permitido a todos los beneficiados integrarse y unificarse como pueblo Yukpa, pues cuenta que: “antes cada asentamiento era por aparte, no éramos uno solo. El programa nos permitió reunirnos aquí a los de Menkwe, Mishaya y La Pista, porque antes no compartíamos casi nada, ahora estamos unidos”, dice.

 

Nota: El mej, maíz cariaco en la lengua ancestral del pueblo Yukpa, puede llegar a producir dos tipos de chicha, dulce y fuerte. De igual manera, cuando la mazorca está biche la comen cocida y también hacen envueltos o como ellos lo denominan, bollitos de maíz.