Ruth y su pareja llegaron a la frontera sin recursos financieros, sin documentación regular, ni oportunidades laborales estables. Decidieron hospedarse en una habitación en la población de El Amparo, en el Estado de Apure, Venezuela, cerca de la frontera con Colombia. Durante dos meses vivieron en condiciones muy difíciles, compartiendo espacios privados como el baño y la cocina con otras personas.  

Para subsistir y enviar dinero a su madre y a sus hijos en Maracay, se levantaban muy temprano todos los días y salían a las calles del Amparo a vender diferentes tipos de alimentos como pan, crema de arroz, y variedad de carnes. 

Esta labor no fue nada fácil, pero le permitió a Ruth conocer más personas, lo que aportó a que pudiera emplearse como trabajadora doméstica en una casa de familia. En simultáneo trabajaba hasta finalizar la noche como manicurista a domicilio. Aunque para Ruth fue una labor agotadora y desesperanzadora, fue el primer paso para encaminarse de nuevo en su profesión.  

Esta experiencia de aproximadamente ocho meses, y su formación académica como técnica profesional en uñas y capacitadora, le dio la posibilidad de ocupar una vacante en un spa en Arauca, en donde trabajo por un año y conoció poco a poco lo que sería su nuevo hogar. 

Durante ese período, se esforzó por ahorrar para cumplir sus metas de establecerse definitivamente en territorio colombiano, traer a su madre e hijos de Maracay, y de ser independiente laboralmente. De esta manera, inició su búsqueda de una vivienda en Arauca, al principio se alojó por un año aproximadamente en un lugar que no contaba con las condiciones para que ella y su familia vivieran dignamente, pues las instalaciones estaban deterioradas, el sistema de iluminación interior no funcionaba bien y usualmente al agua de lluvia se filtraba en el interior de la casa.  

Sin embargo, gracias a los ahorros reunidos, decidió mudarse a un mejor lugar dentro del municipio, y allí mismo estableció su emprendimiento “Mis dos ángeles”, un sueño que había dejado en Venezuela y que ahora en Colombia volvió a brillar en su mente.  

La decisión de empezar una nueva vida desde Maracay, Venezuela, a Colombia no fue nada fácil, pero Ruth al ser una mujer fuerte y emprendedora logró vencer las adversidades para estabilizarse.  Ella se despierta cada mañana con la ilusión de brindar la mejor atención y asesoría en belleza a sus clientes en su emprendimiento “Mis dos ángeles” ubicado en el municipio de Arauca. 
 

“Fue un proceso muy duro, lo pensamos muchas veces, dejar la familia, hijos, comodidades, pero era necesario porque era la única manera de sobrevivir y conseguir un sustento”

Actualmente, en su hogar Ruth cuenta con un espacio en su casa para el local de “Mis dos ángeles” en donde ofrece servicios de peluquería, barbería, y manicure; a futuro espera seguir creciendo para formar y generar empleo beneficiando a muchas mujeres y a sus familias.  

“Me ha ido muy bien, he tenido mucha receptividad, y poco a poco van llegando muchos más. Arauca es un departamento en el que la belleza es fundamental ... y pues siento que encajé”

Ruth tuvo la oportunidad de ser beneficiaría de la estrategia de Transferencias Monetarias restringidas para renta brindada por la Organización Internacional para las Migraciones – OIM, que apoya a familias refugiadas y migrantes provenientes de Venezuela, colombianos retornados y comunidad de acogida. También fue participante de los talleres complementarios de prevención de violencias basadas en género impartidas en la Casa de la mujer.

A través de la iniciativa, participó en otros talleres de vivienda digna y economía del hogar y aprendió a escoger un lugar para vivir que fuera adecuado para su núcleo familiar y su emprendimiento, y a gestionar mejor sus finanzas, haciendo uso del ahorro y la inversión. Con una sonrisa en el rostro, Ruth menciona: “Me enseñó a ser más organizada, a ahorrar, a emprender, a motivarme a luchar, y a esforzarme cada día a salir adelante”. 

Ruth continúa motivada en permanecer en Arauca, pues encontró un espacio adecuado en donde vive con su familia y al mismo tiempo funciona su emprendimiento. Asimismo, tiene tranquilidad financiera al tener asegurado el pago del alquiler de su vivienda por un tiempo determinado, lo que ha permitido que se incremente su capacidad para invertir en nuevos productos para ofrecer otros servicios innovadores que ayuden a crecer su unidad productiva. 

Por otra parte, la asistencia entregada le ha permitido tener alivios financieros para poder cubrir otras necesidades básicas. Mientras que, el acompañamiento le brindo conocimientos sobre como acceder a sistemas de protección social, y permitió darle la capacidad de decidir autónomamente sobre sus metas personales y laborales lo que ha favorecido a la integración en su comunidad y mejorar su resiliencia.

Retomar el camino hacia los sueños, la historia de Ruth

“Acá en Colombia, he tenido mucho apoyo, tengo muchas amistades... y me han hecho sentir como en casa... Nos hemos sentido seguros y apoyados, y de una y otra manera esas personas han formado parte de este proceso que no ha sido fácil para nosotros”

Hasta el mes de octubre de 2024, la estrategia de Transferencias Monetarias ha beneficiado a 311 hogares, de los cuales 107 han recibido asistencia para cubrir las necesidades de alquiler durante 5 meses en los municipios de Arauca, Arauquita, Tame y Saravena. 

Esta iniciativa es posible gracias al apoyo de La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), y es implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS