Hace tres años, Beby Tatiana identificó una oportunidad de negocio en el reciclaje de los viejos chalecos salvavidas usados por los turistas en el Embalse de Guatapé: crear bolsos, carteras, y billeteras con ayuda de otras madres de El Peñol, quienes, al igual que ella, son víctimas de desplazamiento forzado por el conflicto. Ella es una de las 10.799 mujeres emprendedoras capitalizadas por Mi Negocio de Prosperidad Social con el apoyo del Programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Ubicado a 69 kilómetros de Medellín, Antioquia, El Peñol es un municipio famoso por la imponente Piedra del Peñol, un monolito de 220 metros al que cientos de turistas suben 740 escalones para apreciar la vista del Embalse de Guatapé, donde son populares los deportes náuticos y paseos en lancha. Todos los años, muchos de los chalecos salvavidas utilizados para estas actividades son tirados a la basura.

En esos chalecos viejos, Beby Tatiana, una mujer emprendedora y madre de 27 años, vio una idea de negocio. Reciclar los chalecos como materia prima para el diseño, confección y venta de carteras, bolsos y billeteras. Una idea que combina sus tres pasiones: su amor por la naturaleza, el diseño y el trabajo social. La meta era contribuir al cuidado del medio ambiente al tiempo que obtenía un ingreso para mantener a su hijo recién nacido.

Así surgió “Mamá trabaja en casa”, un emprendimiento que ha logrado unir a 11 mujeres, quienes, como Beby Tatiana, son madres y víctimas de desplazamiento forzado que quieren aprender nuevas habilidades para obtener un ingreso para sus hogares y fortalecer su proceso de empoderamiento. Esto último ha sido, según Beby Tatiana, el mayor reto en el proyecto, lograr que las mujeres superen sus miedos y confíen en su capacidad creadora.

En el Programa Mi Negocio de Prosperidad Social con el apoyo de USAID y OIM, Beby Tatiana, al igual que 12.121 emprendedoras y emprendedores del país, recibió capacitación en finanzas, gestión de la cadena de valor, marketing y trabajo en equipo. “(Mi Negocio) me enseñó a trabajar todos los detalles del negocio, incluyendo intangibles de carácter emocional; en ser persistentes, auto disciplinadas, creyendo en lo que hacemos como principio de éxito”, dice esta emprendedora, quien además recibió una capitalización valorada en dos millones de pesos en insumos, como una cortadora semi industrial, hilos, telas, entre otros materiales que fortalecen su proyecto.

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