Aide Lascarro nació en el municipio colombiano El Banco, en el departamento de Magdalena. Pero, cuando tenía tres años, sus padres Katherine y Ricardo, junto a sus 11 hijos – dos hombres y nueve mujeres, incluida Aide- se mudaron al departamento del Cesar, en la ciudad de Valledupar. Específicamente al barrio Paraíso de la comuna 1, ubicada en la margen derecha del rio Guatapurí.

De pequeñas,  mi hermana Elvanis y yo jugábamos a ser profesoras. Sacabamos los cuadernos, ubicábamos las sillas y luego invitábamos a primos y amigos para jugar a la escuelita. Desde siempre me gustó la idea de aprender nuevas cosas y poder compartir esos conocimientos con los demás. Por eso, al crecer quería estudiar educación especial en la universidad, y dedicarme a la pedagogía infantil”, recordó Aide.

Cuando Aide estaba cursando el noveno grado de bachillerato, su familia le informó que debía enviarla con sus hermanas mayores, quienes vivían en Maracaibo (Estado Zulia) en Venezuela. Y, aunque ella al principio se mostró reacia con la idea, al llegar se dio cuenta de que La Ciudad del Sol Amado sería su hogar para siempre.

Yo nací aquí en Colombia. Pero mi corazón lo tengo en Venezuela porque allí viví momentos muy lindos: terminé mi bachillerato- con énfasis en ciencia y humanidades, compartí con mis hermanas y mi hermano, conocí a mis amigos y a mi esposo Carlos Rondón, con el cual construí un hogar junto a nuestra hija Jade”, recordó Aide.

Durante casi 30 años, Aide construyó su vida en Venezuela. Y, aunque no pudo estudiar educación especial en la universidad por cuestiones económicas, trabajó en una galería de arte donde desarrolló- aún más- sus habilidades comunicativas y pedagógicas.

La galería era un espacio muy popular en Maracaibo, ubicada en la calle 72, y yo me desempeñaba hablando con el público. Fue muy significativo porque allí la gente podía relajarse, aprender y compartir conocimientos. Además, este trabajo me permitía apoyar económicamente a mamá y a mis hermanos menores, quienes estaban en Colombia y a los cuales solía visitar”, mencionó Aide. 

En el año 2017, debido a que necesitaba una atención en salud especializada para tratar una enfermedad en su corazón, Aide retornó a Colombia en compañía de su hija Jade.

“Debían practicarme una cirugía….Entonces para llevar a cabo mi tratamiento y cuidado decidí volver a mi casa, donde me crie en Valledupar, en el barrio Paraíso. Mi hija me acompañó, pero mi esposo Carlos se quedó en nuestro hogar en Venezuela.  Y, a pesar de que han pasado 5 años de mi retorno, como familia somos muy unidos y todo el tiempo estamos comunicándonos con él” afirmó Aide.

Una historia nueva que contar  

En el año 2020, las escuelas tuvieron que cerrar y el aprendizaje pasó a las plataformas virtuales para evitar la propagación de la COVID-19. A pesar de que esta medida está encaminada a cuidar vidas, Aide notó con preocupación que los niños y niñas residentes en su sector no contaban con Internet ni tenían dispositivos tecnológicos- como un teléfono móvil o un computador- que les permitieran continuar con sus clases y cumplir con el envío de sus tareas. Por eso, decidió adecuar su casa para que los niños tuvieran un lugar para estudiar:

Todo inició cuando una amiga de Venezuela me pidió el favor de que le prestará el punto de conexión a Internet para que sus 7 hijos pudiesen conectarse a sus clases virtuales, ya que en su casa no cuentan con este recurso. Por tanto, con el compromiso que tengo con la educación, adapté mi casa y poco a poco este grupo creció hasta conformarse en 24 niños y niñas entre los 5 y 12 años de edad” agregó Aide.

Para cumplir con los protocolos de bioseguridad ante la emergencia sanitaria por COVID-19, el grupo de 24 niños y niñas se divide en dos jornadas: Mañana (8:00 – 11:00) y tarde (2:00 – 5:00 pm), de lunes a viernes.

En su casa, ahora convertida en Centro Comunitario de Cuidado y Aprendizaje, Aide acoge a hijos e hijas de padres venezolanos y colombianos que trabajan a diario para conseguir el sustento familiar. Como es el caso de Rafael Merchán, nacional venezolano, quien gracias a esta iniciativa a encontrado un apoyo para el cuidado de sus hijos.

Estar pendiente de mis hijos es difícil porque debo salir muy temprano a trabajar y a veces llego tarde para completar el diario. Como soy separado, padre soltero y tengo mis hijos a cargo, para mí y familia ha sido como una bendición todo el apoyo que nos ha dado la señora Aide”.

Con una historia nueva que contar, al igual que cuando eran niñas, Aide y su hermana Elvanis se encargan de orientar a estos niños y niñas en la realización de las actividades académicas, guiándolos y fortaleciendo sus habilidades entorno a la lectura, la escritura y las matemáticas. 

Algunos cuando llegaron aquí no distinguían las vocales ni los números. Pero ahora, mis niños ya saben escribir hasta el número 12, saben escribir las vocales y, ya vamos por las sílabas e incluso combinaciones para componer palabras”, comenta Aide.

Además, cuando los niños y niñas deben cumplir con el envío de sus evidencias de aprendizaje, Aide también les ha apoyado: “Tengo un teléfono sencillo pero que me ha servido para ayudarles a enviar sus tareas, cuando no tienen cómo hacerlo. Incluso, las profesoras y profesores de la escuela básica de primaria El Paraíso han agregado mi número porque saben que yo les envío las evidencias de algunos niños”. 

Red Comunitaria de Salud 

Por su labor y liderazgo, Aide fue identificada por el equipo territorial de salud la OIM para ser parte de la Red Comunitaria de Salud en Valledupar (Cesar), llamada Red Panas. Una iniciativa de empoderamiento en el cuidado de la salud apoyada por el Programa de Estabilización Comunitaria (CSA) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), e implementada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

“A mí me gusta apoyar a los demás y quería también prepararme para eso… y en la Red tenemos capacitaciones donde se enseñan los cuidados en salud para la prevención de enfermedades. Además, he tenido la oportunidad de conocer a otros connacionales venezolanos y colombianos, que tienen el mismo interés de apoyar a las personas que están en dificultades”, expresó Aide.

La Red Panas, conformada por 21 líderes y lideresas de Venezuela y Colombia, orientan a nacionales venezolanos, colombianos retornados y comunidades de acogida, que aún no tienen aseguramiento en salud, para que puedan acceder a servicios por medicina general, enfermería, salud oral, vacunación, control prenatal y control de crecimiento y desarrollo para niñas y niños, entre otros servicios.

Como lideresa, Aide ha apoyado este proceso para que las niñas, niños y sus familias que participan en el Centro Comunitario de Cuidado y Aprendizaje, puedan acudir a estos servicios de salud. De hecho, entre julio de 2020 y julio de 2021, la Red Panas ha referenciado a 1.174 personas al Hospital Eduardo Arredondo Daza de Valledupar, incluidos 347 mujeres gestantes y 240 niños y niñas menores de 5 años.

Por otro lado, los integrantes de la Red Panas desarrollan acciones de Educación, Información y Comunicación (IEC) en torno a la promoción y orientación en salud para compartir a sus comunidades, los conocimientos aprendidos durante los talleres impartidos por el equipo territorial de la OIM. Por ejemplo, en el Centro Comunitario, se han realizado encuentros con los padres, madres y cuidadores para abordar temas relacionados con el bienestar emocional, la comunicación familiar, la promoción del buen trato, el cuidado de la salud física y mental, entre otros.

Además, en el marco del Programa de Estabilización Comunitaria de USAID, la Red Panas y el equipo territorial de salud de la OIM han llevado a cabo la estrategia IEC llamada “Mi talento te Sana”, en la cual desarrollan actividades lúdicas para compartir mensajes de prevención ante COVID-19. Lo anterior se logra a través de la lectura de cuentos, bailes tradicionales y expresiones artísticas, con el fin de exaltar la riqueza e integración cultural entre estos dos países. Igualmente, la Red Panas identifica y apoya a las personas que tengan síntomas y signos de alarma para orientarlas hacia servicios de salud. Es así como entre julio de 2020 y julio 2021, en la ciudad de Valledupar se han realizado 700 tamizajes a sintomáticos respiratorios, que incluye remisión para valoración médica y educación para cuidado y autocuidado en casa.

Aide es una lideresa con convicción. Por eso, desea persistir con su labor de proteger a los niños y niñas y promover su acceso a un aprendizaje continuo como el que hoy en día tienen, gracias a su iniciativa. Además, como lideresa de la Red Panas, continuará tejiendo lazos de solidaridad desde la educación y la salud para fortalecer el bienestar de las personas- nacionales venezolanos y colombianos- que residen en su comunidad.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES