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“Para mí no hay muro, las barreras se las pone uno mismo” participante de proyecto “Generación de ingresos para personas con discapacidad” de Quibdó

“Para mí no hay muro, las barreras se las pone uno mismo” participante de proyecto “Generación de ingresos para personas con discapacidad” de Quibdó

Róbinson Mena Córdoba nació en el corregimiento de Tutunendo, ubicado a media hora de la capital chocoana, Quibdó. Este padre de 2 niños, David de 6 y Lorena de 4 años, ha logrado demostrar que ninguna discapacidad física, en su caso visual, es impedimento para emprender un negocio, ser independiente y además, deportista.

 “Como lo mío es de nacimiento, el conocimiento que he ido adquiriendo ha sido sobre la vida cotidiana. Me he hecho empíricamente, recorriendo las calles de Tutunendo. Me tocó duro porque me chocaba mucho con los postes, pero traté de superar eso” cuenta.

Antes de ingresar al proyecto Róbinson trabajaba haciendo publicidad a través de perifoneo en Quibdó. Ahí decidió realizar un curso de locución que ofrecía la emisora Colombia Estéreo y así continuar ofreciendo este servicio no sólo Quibdó, sino además en Tutunendo, ahora alternado con su “súper tienda” que le permite cuidar de su familia y ser generador de empleo.

“Hoy me puedo dar el lujo de decir que soy el locutor más buscado de Quibdó, porque fui perfeccionando mi labor. Algunas veces hago locución en un carro en Quibdó, a veces en un local instalamos un bafle con un micrófono y hacemos publicidad”. En Tutunendo el perifoneo lo hace en bicicleta la cual logra manejar porque conoce sus calles a la perfección, asegura.

El tener ceguera desde su nacimiento le permitió desarrollar otros sentidos como el tacto, el oído, lo que le permite hacer cosas con las mismas facilidades de una persona vidente. “Cuando voy en la cicla voy bien concentrado en el oído que es un radar, escucho lo más mínimo, olfateo lo más mínimo y eso es lo que me permite montar bicicleta” explica.

Y es que Róbinson además es deportista. Hace parte de una unidad deportiva del Chocó, practica el lanzamiento de la bala y de disco. Gracias a este espacio se enteró del proyecto y se pudo vincular al proceso de formación y acompañamiento para la generación de ingresos para personas con discapacidad.

“Fui seleccionado porque soy una persona disciplinada. Después de los talleres de formación con el SENA dije que mi unidad productiva sería un granero en Tutunendo porque ya tenía experiencia; antes traía mercancía de Quibdó y tenía una clientela en Tutunendo. Al principio me sentía asustado porque creía que el proyecto no me lo iban aprobar pero fue uno de los mejores y fue el más aplaudido”, expresa Mena.

El 21 de diciembre recibió las primeras unidades e insumos para montar su negocio y el 26 abrió las puertas al público en un local prestado por un tío para poder trabajar. El negocio cada vez crece y a un mes de su apertura ha logrado duplicar la oferta de productos que compra en Quibdó y lleva hasta Tutunendo. “Nos dieron 13 productos y hoy contamos con más de 40. Tengo una prima que me apoya en el negocio y genero así empleo”.

Ahora Róbinson aumenta sus ingresos para su familia, no sólo con su negocio, sino además porque continúa con la labor publicitaria en Quibdó. “En la publicidad trabajo tres veces a la semana, miércoles, de 3:00 a 8:00 p.m. y sábados y domingos en Quibdó. Lunes, martes y miércoles en la mañana estoy en el granero, repartiendo mercancía en el pueblo, porque a la gente le gusta que la mercancía se le lleve puerta a puerta y yo mismo lo llevo, en bicicleta. Mi expectativa es tener una mejor calidad de vida, ayudar a la comunidad, a mi familia y lograr que este sea un negocio próspero”.

A medida que el local crece la oferta los productos aumenta. Próximamente incluirá un producto muy apetecido en la región, el queso costeño y para ello mandó hacer una mesa con vidrio para que esté visible, dice. Además logró que la Alcaldía de Quibdó continuara apoyándolo, al ver su progreso y lo apoyarán con un congelador para incluir productos fríos.

“Mi motivación es ser un buen empresario más adelante. Para mí no hay muro, las barreras se las pone uno mismo. Este proceso ha sido muy bueno porque aunque nos dieron los productos siempre han estado ahí con nosotros, pendiente de todo, de cómo se mueve el negocio y no me han dejado solo. Nos han brindado asesoría, en la parte contable y espero en un año, lo que hay hoy, sea dos veces más” concluye Róbinson.