525 personas están participando en un proyecto de educación financiera desarrollado por el Programa Hilando Vidas y Esperanza de USAID, implementado por la OIM.

Ya hay 21 multiplicadores enseñando algunas técnicas de ahorro y manejo financiero a otras personas de sus comunidades en Montes de María, Antioquia, Cauca y Valle del Cauca.

El desarrollo rural de Colombia es clave para la construcción de paz en las regiones más afectadas por el conflicto armado. Entendiendo la importancia que tiene contar con medios de vida dignos entre sobrevivientes de la violencia, el Programa Hilando Vidas y Esperanza (WLH por sus siglas en inglés) de USAID e implementado por la OIM, trabaja para contribuir al empoderamiento económico de campesinos y campesinas de Montes de María, Cauca, Valle y Antioquia.

Como parte de este esfuerzo, WLH desarrolla, desde el 2023, el proyecto Educación financiera para pequeños empresarios rurales busca dotar a los participantes de habilidades como el acceso a la banca digital, la organización de las finanzas personales y la implementación de planes de ahorro. Con la experiencia educativa de aliados como Microempresas de Colombia y la Fundación  Bancolombia, que hacen parte Asobancaria, 525 personas están aprendiendo herramientas que les permitirán administrar eficazmente sus recursos y tomar decisiones informadas.

La iniciativa contribuye a impulsar el emprendimiento local, al proporcionar habilidades empresariales y acceso a servicios financieros a las poblaciones de zonas rurales para reducir la desigualdad económica. En este sentido, las organizaciones de pequeños productores y micro emprendedores de productos agropecuarios, miel y servicios turísticos de las zonas focalizadas por el Programa WLH, se han beneficiado.  Ellos y ellas reciben la capacitación presencial y/o digitalmente, según las necesidades y estilo de vida.

 “Este curso me interesó porque quiero aprender a manejar mis finanzas y el método híbrido nos facilita mucho las cosas a las personas que trabajamos. Seguimos una cartilla y nos reunimos una vez al mes con una facilitadora, que le hace seguimiento a nuestras tareas vía WhatsApp. Además, por este medio también recibimos unas microcápsulas y vídeos cortos que nos amplían lo que estamos viendo cada módulo”, explica Vanesa de Cáceres, Antioquia participante del proyecto.

Un total de 21 participantes se han capacitado para ser “replicadores” de las habilidades adquiridas, y así compartirlas con más personas de sus comunidades, y contribuir al cierre de brechas y a la inclusión financiera, especialmente de mujeres y jóvenes. Uno de ellos es Alonso, de Anorí, Antioquia, quien afirma: “ser multiplicador me ha permitido profundizar más en el conocimiento que nos brindan y ayudar a personas de mi comunidad a quienes se les dificulta más este tema”.

Además de fomentar el ahorro y el manejo responsable del dinero, el proceso pedagógico también fortalece la resiliencia de las comunidades rurales ante emergencias. Por ejemplo, mediante el fomento de una cultura del ahorro que les permita atender daños causados por el cambio climático (como sequías o inundaciones); o contingencias relacionadas con las fluctuaciones en los precios de los productos agrícolas.

Hilando Vidas y Esperanza trabaja con sobrevivientes del conflicto, comunidades afectadas por el conflicto y el Gobierno de Colombia para promover el desarrollo inclusivo y la convivencia pacífica. Los cursos de educación financiera son una apuesta de solución duradera para que organizaciones de pequeños productores rurales, artesanos y microempresarios fortalezcan sus habilidades y competencias para el desarrollo rural y la sostenibilidad económica.