En Medellín, capital de la moda colombiana, inició el entorno productivo en confección, corte y patronaje en el que las protagonistas son en su mayoría mujeres en proceso de reincorporación, víctimas del conflicto y miembros de la comunidad. Bajo el liderazgo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), este proceso de aprendizaje les permitirá fortalecer sus habilidades para vincularse al mercado laboral. 

Bogotá, noviembre 2022. Desde 13 departamentos del país, 35 personas en proceso de reincorporación y de la comunidad viajaron a Itagüí para formarse en operación de máquina industrial, corte y patronaje, y mantenimiento de máquinas de coser. De ellos, 28 son mujeres que, con lo aprendido durante esta formación bajo el Modelo de Entornos Productivos, podrán fortalecer sus capacidades para acceder a oportunidades de generación de ingresos que les permitan seguir construyendo paz en sus territorios.

Bajo el liderazgo de Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), durante 54 días, firmantes de paz, víctimas del conflicto armado y personas de la comunidad asistirán al Centro de Formación en Diseño, Confección y Moda Calatrava del SENA, en donde potenciarán habilidades y competencias para implementar en sus iniciativas productivas, así como para avanzar en el desarrollo del modelo de negocio que adelantan con la Red Nacional de Confecciones por la Paz (RENA-C).

“Yo quiero llegar a mi taller en La Guajira y enseñarles a mis otras compañeras que trabajan conmigo todo lo que estoy aprendiendo en este entorno. Nosotras queremos crear trabajo porque muchos de los firmantes no lo tienen”, dijo María Edilsa Rojas, mujer en proceso de reincorporación. Además de contar con nuevas competencias para acceder a oportunidades de empleo, los y las participantes también recibirán un acompañamiento psicosocial enfocado en su desempeño personal, familiar, laboral y de la población, que les permita reconstruir el tejido social de la comunidad, y contribuir a la reparación y la no repetición.

El próximo 2 de diciembre culminará este entorno en el que los y las aprendices recibirán, acompañados de su familia, una certificación que reafirma sus conocimientos y su compromiso con la paz. Con este entorno ya son siete los procesos de formación implementados a lo largo de este año, los cuales han aportado a la sostenibilidad económica y el desarrollo de alternativas productivas y laborales de 205 personas de diferentes territorios del país.