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“Me enseñaron a trabajar con berraquera” Petronila Rodríguez Riascos

“Me enseñaron a trabajar con berraquera” Petronila Rodríguez Riascos

Petronila Rodríguez Riascos tiene una discapacidad física adquirida hace dos años por artrosis, en la pierna izquierda, la cual dificulta su movimiento. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para emprender en Bogotá. Hoy es acompañada por USAID y OIM, a través de un proyecto que busca promover oportunidades económicas para personas con discapacidad o cuidadores, afrocolombianos e indígenas, en 11 municipios de Colombia. Soacha, lugar donde reside actualmente Petronila, es uno de estos municipios. 

El proyecto de USAID y OIM reconoce las barreras que viven las personas con discapacidad y más cuando pertenecen a grupos étnicos; por esto se decide a acompañar a dichas personas aprovechando y potenciando sus habilidades en diferentes áreas, “es trabajar desde sus fortalezas y pulir lo que ella, en este caso, Petronila, ya saber hacer”. El Programa, a través de este proyecto, logra acompañar a los participantes en la identificación de habilidades y permite capitalizar sus ideas de negocio para lograr que puedan ser sostenibles en el tiempo.

Petronila, creció con su padre y abuela en un su pueblo natal, Guapi, reconocido por su cultura musical y gastronómica. Allí aprendió a ser emprendedora, desde que tenía 10 años, pues recuerda, en ese entonces, vendía melcochas, turrones, cocadas, plátanos, chontaduro, desde pequeña también mostró habilidades en la pesca de camarones, una de las principales actividades económicas de la región y descubrió que le gustaban los negocios. “Me enseñaron a trabajar con berraquera, lo que se me venía a la cabeza lo hacía” cuenta y dice que también empezó vendiendo productos de revista, negocio en el que ya lleva 23 años y con el cual alterna, la joyería, para no descapitalizarse. Junto a su abuela y tías, también aprendió otras actividades características de la región, como los cantos tradicionales, los cuales acompañan las jornadas diarias de las comunidades afrocolombianas.

 

Por motivos del conflicto armado Petronila tuvo que desplazarse hacia Bogotá, su papá la envió con sus tíos cuando tenía 16 años. Después de un tiempo conoció a Samuel, su actual pareja y padre de sus tres hijos; uno de los sueños que la impulsó a seguir adelante fue poder tener una casa, la cual consiguió trabajando en casas de familias, esfuerzo dedicación y buscando otras fuentes de ingresos que evidencian su espíritu emprendedor.

En el 2015 tuvo un accidente que la dejó con discapacidad física; se cayó de un tercer piso, dejándola en la cama por varios días; después de eso su movilidad en uno de los miembros inferiores se vio limitado. Pero esta situación no fue impedimento para seguir adelante con sus proyectos.

Aprovechando que su esposo sabe tallar piedras, esmeraldas, esta habilidad se convirtió en una oportunidad de negocio para Petronila y su negocio familiar. Con el acompañamiento del Programa de USAID y OIM recibirá apoyo para capitalizar (especialmente maquinas) y así fortalecer y facilitar esta unidad productiva, el propósito es que las personas sigan cumpliendo sus sueños, verlos crecer, seguir estudiando para capacitarse, tener un apartamento, un vehículo para trasportar las joyas y en un futuro volver a su tierra natal, Guapi.