Bogotá. Entre junio y septiembre de 2021,  987 profesionales y funcionarios de la salud, personas con discapacidad (incluyendo víctimas de la violencia), y personas cuidadoras fortalecieron sus capacidades para el autocuidado y empoderamiento mediante un proceso formativo llevado a cabo por el Ministerio de Salud, la Asociación Amigos con Calor Humano y el Programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas (VISP) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

El proceso, realizado en Antioquia, Chocó, Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Guajira, Santander y Norte de Santander, , se basa en el enfoque de rehabilitación basada en la comunidad y se enmarca en las estrategias “Cuidado al Cuidador” y “Empoderamiento para la participación de personas con discapacidad y personas con discapacidad víctimas de la violencia” del Programa VISP.

Durante los espacios formativos, las personas cuidadoras y con discapacidad conocieron recursos prácticos para mejorar su calidad de vida y la de sus familias; por ejemplo, cómo redistribuir el cuidado apoyándose en otras personas de su entorno o en instituciones y actividades de autocuidado para su vida cotidiana. Así, conocieron que meditar, ejercitarse, respirar conscientemente, pintar, cantar o bailar son prácticas diarias que mejoran la salud mental.

Los asistentes también fortalecieron sus redes de apoyo y el tejido social al conocer y conectarse con otras personas cuidadoras, descubriendo que tienen puntos en común y que pueden apoyarse mutuamente.

“Estos talleres son importantes para adquirir mayores y mejores conocimientos en cómo cuidar de los otros y cuidar de uno mismo (…) son herramientas prácticas para utilizar en nuestro rol de cuidadores como, por ejemplo, trabajar la tolerancia para las situaciones difíciles en el cuidado, o estar pendiente de objetos peligrosos para evitar accidentes de la persona con discapacidad o de uno mismo en cualquier momento”, afirmó Ana Victoria, una de las participantes.

En el proceso, el equipo facilitador usa la colección de libros “Cuidado al cuidador”, una serie de OIM con cinco cuentos o historias basadas en hechos y personajes reales con quienes los participantes pueden identificarse, y una cartilla de ejercicios. El material, -de distribución gratuita-, se entrega impreso o en formato digital y es de fácil manejo, con ilustraciones, lo que facilita su comprensión por parte de los públicos de todas las edades.

“Cada taller se desarrolla de una manera muy dinámica, de forma práctica y participativa”, mencionó Dilia Jiménez, facilitadora.

Para Violeta Noguera, referente de discapacidad de la Secretaría de Salud del Cauca, “en estos espacios los profesionales y representantes del sector salud, pudieron visibilizar percepciones y enfoques determinantes en el momento de diseñar, programar y ejecutar acciones para la población con discapacidad, víctima del conflicto armado y sus cuidadores”. Durante los encuentros, las Secretarías de Salud han logrado identificar factores importantes para tener en cuenta en los planes de intervención para este tipo de poblaciones.

El proceso formativo se ha desarrollado a través de 24 talleres (21 presenciales y 3 virtuales) en municipios donde se cuenta con Servicios de Rehabilitación de Baja Complejidad como Dabeiba, Apartado, Necoclí, Vigía del fuerte, Amalfi, Remedios, Anorí y Medellín (Antioquia); Quibdó, Popayán, Caldono, Buenos Aires, Miranda y Corinto (Cauca); Pasto, Policarpa, Rosario y Ricaurte (Nariño); Cali y Pradera (Valle); Riohacha (Guajira); Bucaramanga (Santander); y Cúcuta (Norte de Santander). Durante los próximos meses estas estrategias de Rehabilitación Basada en Comunidad (RBC) llegarán a Cesar, Bolívar, Caquetá y Magdalena. Este último junto a la Fundación Arcángeles.

Desde el 2012, el Programa VISP de USAID, implementado por OIM, brinda acompañamiento técnico al gobierno colombiano en la implementación de la política pública de discapacidad, y apoya el diseño e implementación de la política de rehabilitación con énfasis en la atención y reparación a víctimas. Así mismo, con  estrategias para la inclusión y garantía de los derechos para las personas con discapacidad y, en particular, de las personas con discapacidad víctimas de la violencia.