Cerca de 260 personas, principalmente mujeres, han podido acceder a un empleo o apoyo para iniciar sus emprendimientos. Esto ha sido posible a través de la estrategia de empleabilidad desarrollada por la OIM, en articulación con la alcaldía de Bucaramanga y otras instituciones presentes en Santander.

Gracias al apoyo financiero del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Corea del Sur – MOFA, fueron creadas las Unidades Móviles de Empleabilidad (UME). Estas llevan la oferta institucional a zonas de Bucaramanga y su área metropolitana de difícil acceso, donde habita un número considerable de población refugiada y migrante venezolana, así como colombianos retornados y comunidades de acogida.

Cada semana, personal capacitado de OIM, funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía de Bucaramanga y miembros de la Fundación Un Solo Corazón, Una Esperanza de Vida visitan distintos barrios de la “Ciudad Bonita” y municipios aledaños. Allí, realizan ferias donde los beneficiarios pueden conocer programas de empleo, emprendimiento y requisitos de inscripción a los mismos. Sin embargo, la oferta no es únicamente laboral; las UME son puntos de referenciación y orientación que ayudan a conocer y articular rutas para el debido acceso a derechos migratorios, de salud y educación, entre otros.

Al mes de julio, las UME han atendido 260 personas, de las cuales 215 son mujeres y 45 son hombres, caracterizadas de la siguiente forma: 187 personas son de comunidades de acogida, 70 personas refugiadas y migrantes y 3 personas colombianas retornadas.

La profesional Cecilia Mantilla, experta en empleabilidad y miembro de la Fundación Un Solo Corazón Una Esperanza de Vida destaca la coordinación entre la institución y la comunidad: 

“Las UME tiene por objeto promover la oferta de empleo, de SISBEN y de todos los servicios que ofrece el Estado (…) nosotros desde la Fundación apoyamos el proceso de capacitación de los programas, de acuerdo con el perfil de cada usuario”.

Desde la inscripción a programas educativos desarrollados por entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje- SENA, hasta la orientación para diseñar una hoja de vida, las UME fomentan la integración de la población venezolana. Tal es el caso de Jhoneidys Castro, nacional venezolana, quien lleva tres años viviendo en la ciudad de Bucaramanga y desea iniciar su emprendimiento enfocado en belleza.

“Las UME dan mayor facilidad de empleo formal, ya que por ser migrante es más difícil que nos acepten (…) Me gustaría iniciar un negocio de belleza, ese es mi arte, por ejemplo peluquería. Pero también temas relacionados con administración de empresas, puesto que en Venezuela había estudiado eso”.

Las UME son el resultado de la respuesta integral que conecta, de manera articulada y equilibrada, la oferta institucional de Estado, los programas de desarrollo de la Cooperación Internacional y el trabajo en territorio de las organizaciones de base. Lo anterior, con el fin de crear verdaderos escenarios de participación e inclusión, donde el intercambio cultural apoye a la economía local y, por ende, contribuya al fortalecimiento del tejido social en el departamento de Santander.