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La escuela taller de jardinería siembra sueños en jóvenes de Puerto Tejada

La escuela taller de jardinería siembra sueños en jóvenes de Puerto Tejada

 

Jóvenes entre 14 y 25 de años, provenientes de poblaciones vulnerables de Puerto Tejada (Cauca) se han convertido en guardianes y guardianas de la jardinería ancestral en el municipio. Sus manos reviven el profundo vinculo de las comunidades afrodescendientes con el territorio a través de la salvaguarda de este arte y oficio tradicional, que hoy es impulsado por la Escuela Taller de Jardinería con el apoyo del Programa Inclusión para la Paz (IPA) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Puerto Tejada, tierra tropical caracterizada por la producción de la caña de azúcar y cacao, cuenta con amplia herencia ancestral y riqueza patrimonial de las comunidades afrodescendientes, reflejadas en la biodiversidad y resiliencia de su naturaleza. En este municipio, la jardinería tradicional, actividad que ha permitido mantener viva la unión entre la comunidad y este territorio, se convierte en un camino de oportunidades que hoy en día le permite a 35 jóvenes cultivar sus planes de vida y tejer nuevas ideas de emprendimiento como una vía de resiliencia y prevención de la violencia urbana.

En este proceso, la Escuela Taller de Jardinería, ha sido el hogar cómplice de estos(as) jóvenes para continuar potenciando el patrimonio ambiental y cultural en el suroccidente colombiano a través de programas y proyectos que salvaguarden los conocimientos y saberes ancestrales de los oficios tradicionales, como el de jardinería (urbana y rural), enfatizando en el desarrollo local y las transformaciones sociales sostenibles.

La vida de jóvenes como José Arbey Palacios, quien lleva más de un año vinculado a la Escuela Taller de Jardinería, se han transformado positivamente, pues él nos cuenta “no es un secreto que en Puerto Tejada vivimos en un sector que sumamente vulnerable, es una zona en la que estamos inmersos en el conflicto armado que vive nuestro país. Pero mi vida ahora acá en la escuela ha cambiado de varias maneras, debido a que he aprendido comportamiento ciudadano, botánica, el uso de las herramientas tecnológicas y manuales de la jardinería, entre muchas otras cosas, es decir, cada día me motivo más a aprender, por ejemplo, mi meta y anhelo es ser docente de la Escuela Taller. Por otra parte, este proceso me ha dado nuevas oportunidades de trabajo, porque los conocidos al saber que me encuentro aprendiendo jardinería me buscan para hacerles trabajos de botánica, salud en las plantas y fumigación.”

Cabe resaltar, que el apoyo del Programa Inclusión para la Paz (IPA) de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través del proyecto “Salvaguardia y fortalecimiento del saber ancestral afro vinculado al oficio de la jardinería en el municipio de Puerto Tejada”, ha permitido que la Escuela Taller de Jardinería haya logrado aumentar la implementación de iniciativas que correspondan a las necesidades de las comunidades étnicas del municipio a través de un enfoque basado en la participación de la comunidad y el respeto por la diversidad. Por otra parte, se ha logrado promocionar el reconocimiento y la sensibilidad por la cultura, así como las contribuciones de la comunidad afrocolombiana e indígena al desarrollo de la región. Dichas acciones han aportado al fortalecimiento de los ecosistemas terrestres, la reducción de las desigualdades y la educación de calidad, las cuales contribuyen al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

De igual forma, se ha logrado aportar al cierre de la brecha de desigualdad de género en el municipio, pues el 60% de participantes de estos procesos educativos son mujeres, que ven en la jardinería un reencuentro con la sabiduría ancestral y una vía de acceso a nuevos empleos o creación de empresas propias. Frente a este aspecto, Norelis Palacios, quien desde hace más un año y medio participa de los procesos formativos de la Escuela Taller cuenta “mi vida antes de la escuela era solo de la casa al colegio y viceversa, ahora tengo mucho más conocimiento, más participación, mayor responsabilidad, soy la almacenista de la Escuela Taller. También, he tenido muchos aprendizajes sobre los saberes ancestrales de esta tierra, y la jardinería ha impactado mucho en mi vida porque continúo creciendo mentalmente.”

“Aprender haciendo”

Este es el lema a través del cual la Escuela Taller de Jardinería lleva a cabo sus procesos formativos, dentro de los cuales, al definirse como una herramienta de paz, tiene el propósito de incentivar la transformación positiva del entorno; propiciar el desarrollo humano integral en sus aprendices; orientar a los aprendices en el descubrimiento de sus habilidades y destrezas para la vida y generar ambientes de sana convivencia con base en el respeto hacia otro.

En esta línea, se espera que la Escuela Taller de Jardinería continúe sembrando desarrollo en el municipio al convertirse en un mecanismo de protección de los saberes ancestrales de la población afrodescendiente de Puerto Tejada y el norte del Cauca en torno a un oficio de tradición y expresión del patrimonio cultural inmaterial étnico en un territorio en el que se han tejido saberes y esperanzas, y hoy en día florecen las sonrisas, sueños y ganas de salir delante de diversas(os) jóvenes cada mañana cuando se riega la primera flor.

A continuación, diversas(os) jóvenes de la Escuela Taller de Jardinería nos comparten algunos de los saberes ancestrales que han sido salvaguardados en sus familias y/o han aprendido en la escuela:

“Tengo muchos secretos ancestrales, entre ello tengo el tomillo, que sirve para los problemas respiratorios en los niños; su infusión con leche o su infusión en agua sirve para la tos. La hierba buena, sirve para problemas estomacales y también sirve para conciliar el sueño…si le sigo contando, no termino” expresa entre sonrisas Luz Uzuriaga.

“Les voy a hablar de una planta maravillosa, la sábila, que sirve para la gastritis, se sacan los cristales se licua y se toma por siete días y santo remedio para la gastritis…También sé que el agua de cascará de naranja sirve mucho para dormir” cuenta Norelis Perea.

“Mi consejo es que utilicen mucho la zanahoria que sirve para mejorar la vista” comenta Juan Sebastián Rueda.

“Algunos de los secretos que me enseño mi abuela son: el agua de canela sirve para los cólicos menstruales, la caléndula nos sirve para cuando tenemos inflamaciones, que podemos utilizar árnica para los golpes y mucho más…” dice Nelly Fernanda Álvarez, docente de la Escuela Taller de Puerto Tejada.

“Mi abuela me enseñó mucho sobre la cidra papa, que es buena para la diabetes al consumirla constantemente y también se utiliza en gel para el cabello” comenta con entusiasmo José Arbey Palacios.