Era domingo, las calles de Altos de Cazucá en Soacha les recordaban a sus habitantes las calles de Quibdó, Buenaventura o Guapi; había música, el sol resplandecía, los peinados eran admirados, los estilos destacaban y se sentía mucha emoción en el ambiente. Ese día era especial, pues se estaba desarrollando el Festival Libre de Discriminación Racial y de Violencia Basada en Género.

Este encuentro cultural reunió a más de 700 residentes de Soacha y Bogotá, quienes participaron de actividades educativas, presentaciones artísticas y muestras gastronómicas Jhowsman Parra y Rossana Landázuri, integrantes de la Escuela de Formación Forjando Sueños Artísticos (EFFOSA) y voceros de la comunidad, nos cuentan su experiencia y el impacto que este festival logra en su territorio.

En este municipio, los jóvenes integrantes de la Escuela de Formación Forjando Sueños Artísticos (EFFOSA) fueron los encargados de liderar y desarrollar el encuentro cultural y educativo, quienes se formaron con anterioridad para dirigir 3 conferencias sobre patrimonio afrocolombiano, liderazgo juvenil, violencia basada en género y nuevas masculinidades.

Para Rossana Landázuri, este encuentro cultural ha sido un sueño y sobre todo una meta “Para mi este festival fue muy importante, yo dí una charla sobre violencia basada en género, conocí diferentes personas, que están muy interesadas en nuestros conocimientos y los saberes tradicionales. Además, lo más importante es que esta actividad demostró la fuerza de la mujer, que seguimos creciendo, apoyándonos y somos capaces ante cualquier reto.”

A mediodía, las calles de Altos de Cazucá se convirtieron en un punto de encuentro en torno a la comida tradicional del Pacífico, se sentía como cuando se comparte con la familia del litoral y deja de importar el tiempo, el calor o las diligencias pendientes. En los Altos de Soacha, las cocadas, el pescado, el jugo de borojó, entre otros, unió con sonrisas a la comunidad.  

Un poco más tarde, el tiempo se detiene en medio de un bunde*, pocas palabras salen de la boca de Jhowsman Parra cuando se le pregunta lo que significó para él ese momento de gran alegría, todo lo dice su sonrisa y sus ojos. “La gente se gozó eso (el bunde), es tradicional de nosotros en el Chocó y alegró mucho a todos. El que nosotros hayamos liderado la actividad es maravilloso, nos ha dado experiencia en el tema de gestión cultural, fortalecimos el arraigo cultural y siento que los más pequeños nos van a tomar como un modelo a seguir”.​

Cabe destacar que este proceso se ha desarrollado bajo una alianza entre el Programa para la Reintegración y la Prevención del Reclutamiento (RPR) y el Programa Inclusión para la Paz, ambos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Por su parte, al conversar con Luis Granja, Coordinador de la Regional Soacha del Programa Inclusión para la Paz, sobre discriminación racial en el municipio, este expresa “La comunidad afro de Soacha ya tiene 3 generaciones que han crecido en medio de un contexto caracterizado por expresiones de violencia urbana; por el conflicto armado o por las pandillas juveniles y las principales víctimas de estos fenómenos son los jóvenes afrodescendientes.

La discriminación racial se expresa entre otras cosas en: la carencia de una educación contextualizada a las realidades y necesidades de la comunidad afro, la pobreza endémica que padecen; los estereotipos desde los cuales se relacionan con la comunidad afro las autoridades, las comunidades y los actores armados y la violencia basada en género.”

Luís Granja también comenta que encuentros como el Festival Libre de Discriminación Racial y Violencia Basada en Género le permite a este territorio crear nuevos lazos de hermandad para todos y, sobre todo, de sororidad entre mujeres. Además, permite visibilizar todos los aportes que la comunidad afrodescendiente ha traído a Soacha a nivel cultural, de desarrollo social y transformación económica para Soacha.

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Por su parte, para Tailana Prieto, Psicóloga social - comunitaria, y para Maria Teresa Rojas, Docente y facilitadora de Biodanza, quienes han acompañado la formación e intercambio de experiencias de las y los jóvenes en Altos de Cazucá desde el enfoque de violencia basada en Género, expresa que:

“Los chicos y chicas afrodescendientes de los Altos de Cazuca son un grupo con extraordinaria presencia y fuerza vital, es muy importante tengan priorizado en sus agendas organizativas el reconocimiento de los derechos de la mujer, su participación, la igualdad de condiciones con los hombres, y el liderazgo de ellas desde muy pequeñas”.

Los jóvenes de Altos de Cazucá sienten que el festival ha sido un impulso hacia nuevas acciones resilientes desde el arte. Y expresan que van a seguir desarrollando estrategias para visibilizar los aportes , de la cultura afrocolombiana.

Nota* el bunde chocoano, también llamado canto llamador, es un sonido en el que se escuchan principalmente tambores y voces, logrando un ritmo alegre, que une y moviliza en danza a toda la comunidad que lo disfruta.