Cerca de 40 mujeres refugiadas, migrantes venezolanas, colombianas retornadas y de comunidades de acogida serán beneficiadas con dotación para sus proyectos productivos en Bucaramanga. Estas acciones se vienen implementando en el marco del proyecto “Generando ingresos, sembrando esperanzas”, financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Korea del Sur – MOFA y la Organización internacional para las Migraciones OIM, e implementado por la Fundación Un Solo Corazón. 

Bucaramanga es hogar de grandes, medianas y pequeñas empresas dedicadas a la producción de textiles, calzado e industria. Tradicionalmente, “La Ciudad Bonita” ha sido sinónimo de pujanza y bienestar. Esta es una razón de peso para que, según cifras de Migración Colombia, 49.076 refugiados y migrantes nacionales venezolanos  hayan decidido permanecer y radicarse en este territorio en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades de vida, especialmente mujeres migrantes que juegan un rol protagónico en la sociedad.

Bajo este fundamento, la Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía de Bucaramanga, a través de la Dirección del programa “Mujer y Equidad de Género” y el “Centro Integral de la Mujer”, lanzaron la estrategia Bucaramanga VBGA Violeta. Este es un espacio de fomento destinado para el fortalecimiento de espacios productivos para mujeres; que apoya iniciativas económicas que mejoren la calidad de vida de sus creadoras y repercuta en el bienestar de la ciudad.

Con talleres formativos, guías de aprendizaje y encuentros de selección de emprendimientos para la exhibición en ferias locales, las participantes desarrollan un proceso como verdaderas empresarias y promotoras de PyMe’s o pequeñas empresas; creando portafolios de servicios, participando de redes comunitarias y proyectos productivos de la institucionalidad regional. Todas estas acciones son supervisadas y orientadas por personal de OIM quienes, a través de su conocimiento y su sensibilidad cultural fomentan buenas prácticas de intercambio comercial, entregan activos para sus negocios y herramientas que ayudan a la incursión en el mercado laboral.
 
Tal es el caso de Josmerlyn Yamarte, nacional venezolana, quien lleva cerca de seis años viviendo en Bucaramanga, trabajando en múltiples oficios estéticos mientras consolida su emprendimiento enfocado en el diseño y producción de indumentaria para artistas locales. Al respecto, ella manifiesta:

“A través de este proyecto quiero fortalecer mi emprendimiento con la dotación de un par de máquinas que necesito para evitar la tercerización del proceso de manufactura de mi producto (…) debo mandar a hacer los vestidos en lugares donde trabajan la sastrería, siendo esto más caro que los mismos materiales”. 

Para estas emprendedoras, contar con la visibilidad que ofrecen las instituciones públicas es de gran ayuda y contribuye a potenciar el alcance de sus iniciativas productivas. En este sentido, la estrategia no solo se enfoca en población refugiada y migrante venezolana, también las comunidades de acogida son protagonistas de estos espacios de integración social, entendiendo que en la diversidad cultural está el progreso y el bienestar colectivo.

Un ejemplo de esta afirmación es la participación de la líderesa estudiantil Liliana Pujimuy Janamejoy, Gobernadora del cabildo indígena de la Universidad Industrial de Santander-UIS, y creadora del emprendimiento “Arte Inga”, una empresa dedicada a la creación de accesorios tradicionales de la cultura Inga, un pueblo ubicado en los departamentos de Cauca, Nariño, Putumayo y Caquetá.

Liliana, al igual que varias mujeres de la ciudad, ha asistido a talleres formativos, donde aprenden estrategias que ayuden a mejorar los alcances de su emprendimiento y expandir la idea de negocio.

“Hemos participado en diferentes capacitaciones y programas de formación para saber cómo manejar nuestros ingresos y la forma para recibir los apoyos que entrega la Fundación un solo Corazón, que, en mi caso, serían la entrega de materiales resistentes para los accesorios que creo”.

La adecuada articulación entre la Alcaldía de Bucaramanga, la OIM y Fundación Un Solo Corazón Una Esperanza de Vida ha repercutido de manera positiva en la vida de cientos de refugiados y migrantes nacionales venezolanos, colombianos retornados y comunidad de acogida quienes, a través de varias iniciativas, -muchas de ellas con un enfoque de género-, han creado condiciones de vida digna. Tan solo el proyecto “Generando Ingresos, Sembrando Esperanzas” busca beneficiar a cerca de 700 personas de forma directa, 2.100 personas de forma indirecta y más de 50 organizaciones de base de Bucaramanga y su área metropolitana.

Con una inversión cercana a los 20.000 USD, solo para el componente de empleabilidad, la iniciativa ayudará a varias empresarias que trabajan en el campo de la repostería, calzado, panadería, diseño y producción de ropa, alimentos y otros oficios que les generan fuentes de ingreso sostenibles y mejoran las condiciones de vida de las mujeres en Santander.