Comunicado
Local

Espacios de cuidado para fortalecer la reincorporación integral de las mujeres desde la autonomía económica

Las labores de cuidado, tradicionalmente asignadas a las mujeres, han supuesto un desafío para la reincorporación integral de las excombatientes. Por eso, en el marco del proyecto VIVAS, mujeres y hombres de Cesar, Caquetá y Cauca, le apuestan a generar espacios seguros de cuidado para niños y niñas que permitan la redistribución de las responsabilidades que limitan la participación de las mujeres en otros escenarios.

Bogotá, abril 2022. Al participar en las actividades de Tierra Grata, un Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR), ubicado en el departamento de Cesar, Ailen Mejía -en su labor como cuidadora de niños y niñas de la primera infancia- ha logrado reafirmar su gusto por la pedagogía y reiterar sus ganas de prepararse profesionalmente en esta área. Junto a ella, 16 mujeres más de los departamentos de Cesar, Caquetá y Cauca hacen parte de los espacios de cuidado que posibilitan la participación de las excombatientes y mujeres de la comunidad en actividades políticas, económicas y comunitarias, así como de ocio y recreación, ya que sus hijos están siendo atendidos adecuadamente.

Estas mujeres, junto con tres hombres, hacen parte del proyecto Visibles, Valientes, Autónomas y Seguras (VIVAS), financiado por la Embajada de Suecia en Colombia e implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La iniciativa busca contribuir a la reincorporación integral y a la autonomía política, social y económica de mujeres excombatientes desde un enfoque de prevención de violencias basadas en género (VBG). 

En el marco de la segunda fase de este proyecto, el cuidado se planteó como un eje fundamental dentro de las necesidades de las mujeres, considerando que las tareas asociadas a este son responsabilidad colectiva de todos los miembros de la comunidad y no exclusivamente de ellas. A partir de esto y tras hacer un balance de viabilidad, disposición de la comunidad y posibilidad de permanencia, los equipos técnicos identificaron tres lugares que serían los pilotos de Espacios Integrales Comunitarios de Cuidado (EICC): Tierra Grata en Cesar, La Montañita en Caquetá y Popayán en el Cauca. 
 

Espacio de cuidado en Tierra Grata, Cesar.

Desde inicios de 2021, estos espacios funcionan como puntos de encuentro para que 131 niños y niñas estén en entornos seguros, mientras sus madres y cuidadoras fortalecen su autonomía económica y con ello, continúen aportando a la prevención de cualquier tipo de violencia hacia las mujeres que obstaculice la construcción de paz. De acuerdo con sus necesidades, cada territorio ha priorizado distintas temáticas asociadas a la línea del cuidado, una de las tres líneas del proyecto VIVAS (prevención de VBG y empoderamiento económico son las otras dos).

“El espacio es muy importante porque las mamás pueden hacer sus tareas diarias, estudiar y hacer las cosas que tengan que hacer, mientras reciben el apoyo de su comunidad”, explica Ailen. De lunes a viernes, cuenta ella, recibe al menos 12 niños y niñas entre 0 a 5 años, a quienes les enseña no solo sobre valores, sino también les brinda conocimientos sobre igualdad de género y educación sexual, de acuerdo con su edad. 

Además del entusiasmo que le genera trabajar con los menores de edad, para ella estos espacios son también una oportunidad para promover que puedan crecer y desarrollar sus proyectos de vida alejados de cualquier forma de violencia. De allí que su sueño sea ser pedagoga y, también, aportar a la construcción de un país con un futuro en paz para las nuevas generaciones. 

Aunque una buena parte de las acciones de esta iniciativa están dirigidas a la primera infancia, la línea de cuidado incluye otras perspectivas asociadas a la búsqueda de un buen vivir. De esta manera, dentro de los tres territorios priorizados, también se realizan actividades relacionadas con alimentación saludable, soberanía alimentaria y preservación del medio ambiente, algunas de ellas lideradas por hombres en proceso de reincorporación. 

Bernardo Gutiérrez es uno de los participantes de la línea de cuidado del proyecto, lo que le ha permitido no solo transmitir sus conocimientos sobre la conservación del medio ambiente, sino que además ha logrado reconocer la importancia de vincular a los hombres en labores tradicionalmente asignadas a mujeres. “Muchos de nosotros teníamos en mente que la mujer es solo para parir o cuidar la casa, mientras nosotros solo trabajamos y traemos la plata. Resulta que no es así y aquí hemos tenido claridad frente a eso”, indica esta persona en proceso de reincorporación de La Montañita, Caquetá. 

Aunque los procesos de cada espacio en los territorios priorizados han sido distintos, las mujeres -tanto excombatientes como de la comunidad- al hacer parte de este proyecto han logrado ampliar sus posibilidades de futuro al ver que su rol no se limita a las labores del hogar. Al adquirir mayor autonomía económica y visibilidad en escenarios políticos y comunitarios, ellas desde su cotidianidad, continúan apostándole a la promoción de una sociedad en paz y libre de violencias de género.  

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