Desde las diversas acciones que se adelantan en el Programa Reintegración y Prevención del Reclutamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones en Colombia , las niñas han logrado dejar en evidencia el empuje, la determinación y los liderazgos que las han catapultado en diferentes roles desde sus territorios. Ellas, se han convertido en jalonadoras de procesos comunitarios que, a través de los deportes, la educación y la cultura están rompiendo los imaginarios y convirtiendo a las mujeres en promotoras de reconciliación, igualdad y empoderamiento.

Este es el caso de Comité Consultivo de Niñas, creado el 10 de octubre de 2018, y que, en tan solo un año, ha logrado cambios en sus propios contextos. Es así como Camila Mejía, lidera la promoción de valores de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Medellín (Antioquia) a través del fútbol; Charik Díaz, desde el “Parche comunicativo”, promueve iniciativas de comunicación y empoderamiento en el Meta; Mardxi´j  Ciclos de Caloto (Cauca),  fomenta la participación de la niñez de su Resguardo de Huellas; y Daniela Enríquez, con su iniciativa de teatro en Ricaurte (Nariño), fusiona mensajes para recuperar la memoria ancestral indígena Awá y aportar al perdón de su territorio.

Apoyando las acciones de Usaid en los diversos territorios y en su promoción del trabajo con enfoque diferencial de género, se han implementado acciones que respaldan la Resolución 66/170 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual declara  el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, con el objetivo de reconocer sus derechos y los problemas extraordinarios a los que se enfrentan en todo el mundo, y de aportar al Objetivo número 5 de la Agenda para el Desarrollo Sostenible (ODS) que busca «lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas». 

Es así como la educación menstrual, el empoderamiento digital con enfoque de género, la participación y liderazgo, y la construcción de paz, se han convertido en parte de la agenda que, desde la cooperación internacional, quiere sumar a que las niñas sigan buscando reducir las brechas históricas marcadas por la diferencia de género y reafirmar por qué están preparadas para no seguir guiones sino crear su propia historia y ser imparables, en la construcción de su futuro.