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Con apoyo de IRACA, cafeteros del cabildo Central Kwes´x Yu Kiwe del Valle Del Cauca participaron en la Feria de café más importante de Colombia y América Latina

Con apoyo de IRACA, cafeteros del cabildo Central Kwes´x Yu Kiwe del Valle Del Cauca participaron en la Feria de café más importante de Colombia y América Latina

ALAS CON OLOR A CAFÉ

Nelfa Noscue es una mujer de contextura delgada, y una mirada que mezcla ternura y empuje. Niyer Noscue, es un hombre de sonrisa amable y manos fuertes, huella imborrable de su vida habitando el campo colombiano. Ambos, oriundos de Florida (Valle del Cauca), se han dedicado desde hace más de un quinquenio a hacer de sus tierras escenarios de fertilidad para darle origen a un café especial que entre el 3 y 6 de octubre fue catado por los visitantes de “Cafés de Colombia Expo 2018”.

Juntos, tuvieron la posibilidad de representar al Cabildo Central Kwes´x Yu Kiwe, conformado por indígenas Nasa, al ser los ganadores de un concurso interno en el que debieron inscribirse, postular sus mejores granos de café y sustentar antes los mayores. Este fue el inicio de un viaje que ambos reconocen como inolvidable. Una experiencia nueva estaban por vivir. Era la primera vez que montaban en avión y que veían una ciudad a la que temían por que la consideran demasiado grande. Y como no, si por ejemplo en el caso de Nelfa cuenta, “yo solo voy de mi comunidad a Florida y de Florida a mi comunidad. Estaba dudando venir porque me daba susto montarme en un avión y conocer Bogotá, esto tan grande. Pero ya me siento contenta de haber venido”.

Por su parte, Niyer, un poco más tranquilo cuenta que es la primera vez que está en una feria. “Nosotros estamos representando las más de 105 familias de nuestro Cabildo. Vinimos a dar a conocer el producto que es el mejor de toda Florida”. Para los dos, esta oportunidad les dio las alas para volar, no solo en un viaje de 40 minutos que los traería a la capital, sino para cubrirlas con el olor a café que impregna la realidad con la que sueñan salir adelante. 

El café producido por esta comunidad es considerado de cuerpo medio, notas frutales a durazno y mora, aromas a vainilla chocolate y caramelo y de acidez media alta: así se describe la calidad de este fruto que proviene de una comunidad que cree en la herencia de su territorio. Ellos no hablan de su entorno, desde la caracterización de conflicto armado que le asignan a su tierra; para ellos es el paraíso de la ruralidad porque al unísono responden “yo no viviría en otro lugar que no sea el campo”.

Y más cuando su ubicación privilegiada, la Cordillera Central de los Andes colombianos, le otorga a su café la fragancia de las riberas del río Fraile. Lo que además, ha contribuido para que hayan sido ganadores de diversos certámenes a nivel regional y departamental en los concursos de tasa, con promedios de 83 a 85.

Lo anterior, los llena de orgullo, pero para estos participantes de la Feria de café más importante de Colombia y Latinoamérica, el apoyo de Prosperidad Social y OIM Colombia, les permite creer que con el apoyo en maquinaria que recibirán, la calidad de su fruto mejorará, aún más sus condiciones actuales.

Ellos, reconocen que los aportes del Programa IRACA®, son la proyección del Cabildo Central. Desde lo productivo se espera contar con un producto mucho más valorado, porque su ambición es que "el café tenga mucha salida, que se pueda comprar fuera del municipio”, cuenta Nafer. Y desde el enfoque social, afirman que los acompañamientos a la guardia indígena, han fortalecido la equidad de género en la comunidad.

Sus historias de vida los llevaron a ir más allá de las fronteras autocreadas en su territorio, y desde la experiencia de la Feria ahora saben que el mundo debe conocer su producto, que es mucha la competencia, pero que sus ganas y sus raíces ancestrales le dan un valor agregado que no tienen todos los cafés.

Sus historias parten del amor por cada  grano cultivado por los indígenas de las comunidades Kwes´x Yú Kiwe, que significa “De nosotros, tierra y agua”, lo que no es otra cosa que una reafirmación del orgullo que sienten  por el legado de sus ancestros, ese que se recorre entre pies descalzos y botas pantaneras para cosechar el mejor de los cafés.

Niyer y Nafer son tan sólo dos miembros de una comunidad que colectivamente cree en la transformación económica y social de un municipio que no habla de víctimas sino de valientes, porque a pesar de las adversidades su resiliencia los ha ubicado dentro de los cafetales, para seguir luchando abrazados a sus plantaciones y degustando la paz a través del sabor a café.