Comunicado
Local

Arte para la esperanza en Valdivia y en Cáceres, Antioquia

• El Programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), apoya talleres de arte y dibujo para que sobrevivientes del conflicto exploren el poder de estas herramientas con el objetivo de tramitar el pasado y soñar el futuro.

• El proyecto, que terminará en marzo, ha capacitado a 80 personas de Valdivia y Cáceres, en la subregión del Norte y Bajo Cauca Antioqueño y sus creaciones serán exhibidas al público en dos muestras artísticas. 

Varios habitantes de la Isla de la Amargura en Cáceres, Antioquia, esperaban a la orilla del río Cauca la llegada el “Jhonson”, la embarcación que cruza desde el corregimiento de Guarumo hacia su comunidad con suministros para el hogar. Sin embargo, esta vez, el bote no llevaba comida, ni elementos de aseo; sino que sobresalían caballetes, butacos, pinturas y lienzos. “Había una sensación de conquista pacífica sobre los elementos, se sentía uno como un explorador, llevando el arte a un sitio que hacía pocos meses sufría la tragedia del desplazamiento. Pero esta vez era la cultura la que se tomaba aquella playa”, recuerda uno de los líderes de la comunidad, que participó en los talleres.

WLH

Con estas herramientas el Programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), busca brindar espacios culturales y artísticos en los que niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y población en situación de discapacidad puedan fortalecer sus liderazgos, y aprender nuevas formas de expresar emociones y comunicar la resiliencia, riqueza y cultura de su territorio.  

En esta primera fase, el proyecto, que inició en octubre de 2022 y terminará en marzo de 2023, está siendo implementado en la vereda La Paulina, en Valdivia, y en la Isla de la Dulzura, en Cáceres, Antioquia, dos de las comunidades priorizadas en el primer año del Programa WLH. En total, han participado 80 personas, 40 de cada comunidad, que asisten semanalmente a talleres teóricos y prácticos de dibujo y pintura para explorar cómo el arte les permite tramitar las emociones que el conflicto armado dejó en la comunidad. 

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La respuesta en ambos municipios ha sido muy positiva. Los participantes aseguran que es la primera vez que reciben insumos e incentivos para desarrollar habilidades de este tipo. “El dibujo permite acceder a nuevos conocimientos y a nuevas maneras de abordar las situaciones que a diario tenemos como personas. Practicar el dibujo nos vuelve más creativos, más resolutivos y además nos permite hacer introspección de nosotros como sujetos y como seres que viven en comunidad”, dice uno de los facilitadores de los talleres.

En marzo las obras de los participantes serán exhibidas en dos muestras artísticas, que buscan promover diálogos en torno a la memoria, los retos comunitarios, sus sueños y tradiciones culturales. Estas exposiciones se instalarán en los lugares de encuentro de cada una de las comunidades y contará con el apoyo de la Oficina de la Cultura de Antioquia y su Feria del Millón.
 

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