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Reintegración comunitaria: Una oportunidad para la reconciliación y la construcción de la paz

Reintegración comunitaria: Una oportunidad para la reconciliación y la construcción de la paz

Entre junio y diciembre de 2018, se realizó la implementación del Modelo de Reintegración Comunitaria (MRC) en nueve departamentos de Colombia, generando espacios de diálogo y reconciliación entre personas que pertenecieron a un grupo armado al margen de la Ley y los habitantes de las comunidades en las que residen o desarrollan actividades productivas o sociales. Cerca de 1000 personas participaron en los diferentes MRC desarrollados este año.

 

Bajo el liderazgo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través del programa de Reintegración y Prevención del Reclutamiento (RPR) con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se llevó a cabo la implementación del Modelo en cuatro regiones como: Caquetá, Meta, Tolima y Bogotá D.C. Por su parte, la ARN y OIM apoyaron la implementación en otras cinco regiones: Antioquia, Cesar, Córdoba, Risaralda y Santander.

 

El Modelo de Reintegración Comunitaria tiene por objetivo fortalecer la capacidad de los territorios y las comunidades receptoras de población excombatiente para promover la confianza, la convivencia y la reconciliación. Además, constituye una herramienta que promueve el conocimiento y uso de los mecanismos de participación ciudadana, bajo el principio de que el desarrollo de procesos de reintegración de excombatientes basados en comunidad contribuye a tender puentes de confianza, aporta a al empoderamiento comunitario, la reconstrucción del tejido social, la convivencia pacífica y la reparación integral a través de las medidas de satisfacción y de las garantías de no repetición.

 

Durante el mes de diciembre se realizaron los eventos de cierre del Modelo en las regiones, permitiendo conocer los resultados de las diferentes fases que contempla. Las comunidades destacaron el aporte de la fase de formación ciudadana o fortalecimiento de capacidades donde adquirieron conocimientos sobre temáticas como: convivencia, enfoques diferenciales, comunicación para el desarrollo, artes plásticas, fortalecimiento productivo, entre otros. Asimismo, se avanzó con el diseño e implementación de iniciativas comunitarias, que permiten espacios de encuentro comunitarios que fortalecen su tejido social y en algunos casos se promueve el fortalecimiento de dinámicas productivas asociativas (artesanías y huertas).

 

“Gracias por la oportunidad que nos dan de reconocernos entre nosotros y de apoyarnos en el desarrollo de proyectos para el beneficio de la comunidad. Hemos aprendido a soñar un territorio en paz donde todos podemos convivir pese a las diferencias e historias de cada uno”, es uno de los mensajes que expresan las personas participantes en los MRC.

A continuación, conozca el proceso y los resultados de los nueve MRC realizados en el segundo semestre de 2018:

  • Dabeiba (Antioquia)

Se fortaleció el Comité de Impulso para la Reconciliación en el Espacio de Reincorporación Territorial de la Vereda Llanogrande. También se constituyó el Colectivo de Comunicaciones con los niños, niñas y jóvenes que residen allí, lo que permitirá fortalecer su participación e incidencia en los asuntos comunitarios, forjando nuevos liderazgos.

 

  • Florencia (Caquetá)

Los habitantes de la Ciudadela Habitacional siglo XXI participaron de manera activa en el MRC, y podrán disfrutar de la remodelada y dotada Casa de la Cultura del barrio como un escenario de diálogo y reconciliación. También se creó y fortaleció el sistema de parlantes como medio de comunicación comunitario y se construyó ‘El camino de color a la reconciliación’, el cual consistió en la realización de murales por la misma comunidad, donde pintaron elementos que representan los deseos de paz y convivencia por la misma comunidad.

 

  • Mariangola (Cesar)

A través del arte y la cultura se promovió un escenario de diálogo, convivencia y participación comunitaria, llamado ‘Estam-paz’ en el cual la comunidad reconoció la importancia de hacer memoria de los hechos, generar oportunidades para la reintegración de excombatientes, y proteger las futuras generaciones. Con la implementación de este Modelo, Mariangola se autodenominó como tierra de paz y reconciliación.

 

  • Tierralta (Córdoba)

Quienes participaron del MRC en esta zona, son en la actualidad Gestores Ambientales para la Convivencia, encargados de replicar los aprendizajes adquiridos en sus comunidades. También tiene como función promover escenarios de sensibilización, reflexión, participación comunitaria y reconciliación. Además, recibieron apoyo en la generación de una alternativa de producción sostenible, lo cual contribuye al mejoramiento de la calidad de vida.

 

  • Bogotá (Cundinamarca)

Tres localidades de Bogotá involucraron de manera activa líderes sociales, personas en proceso de reintegración y otras instituciones locales, para atender la violencia social desde lo deportivo y cultural. A su vez, mediante el desarrollo de un proceso de formación específica, se fortalecieron las capacidades y habilidades de los habitantes, y se empoderaron a nivel comunicativo e informativo.

 

  • Villavicencio (Meta)

Se realizó un proceso de fortalecimiento comunitario aportando a la reintegración, la participación, la convivencia ciudadana y la reconciliación de la comunidad del barrio El Delirio, por medio de estrategias pedagógicas de tipo artístico, cultural y medio ambiente, de acuerdo con las necesidades de la misma comunidad. También se conformó e impartió formación en reportería y comunicaciones, a un grupo de niños, niñas y adolescentes en compañía de sus padres, quienes crearon el colectivo de comunicaciones denominado ‘El parche comunicativo’.

 

  • Barrancabermeja (Santander)

Se creó la asociación +Arte +Paz para fortalecer el arte, el turismo y la reconciliación, en el puerto petrolero de Santander. Esta nueva organización social está compuesta por artesanos expertos y aficionados que sumaron su talento al de la población víctima y excombatiente en un ejercicio de paz y reconciliación. Durante seis meses, 26 personas se concentraron en tecnificar sus saberes.

 

  • Pueblo Rico (Risaralda)

Con el MRC se reunieron 700 hombres, mujeres, niños y adultos mayores indígenas, así como a 40 excombatientes y sus familias, por medio del diálogo de saberes y el trabajo para el fortalecimiento de la comunidad desde su ancestralidad y cosmovisión.  

 

Como resultado se dio la construcción del tambo ancestral, la caseta comunitaria y el aula de comunicaciones la ‘Voz del Chamí’, los cuales fueron el motor de estos cinco meses, para que excombatientes, líderes y lideresas, mayores, niños, niñas, la guardia indígena y organización propia, trabajaran unidos por el fortalecimiento de la comunidad desde su ancestralidad y cosmovisión.

 

  • Planadas (Tolima)

Consistió en el empoderamiento a las mujeres rurales (en proceso de reintegración, familiares, y comunidad) para que mejoraran su calidad de vida, desempeñando su rol de liderazgo como mujer en la familia, en su comunidad, en lo productivo y en lo político; a través de la capacitación y el desarrollo de proyectos productivos tendientes a la conservación efectiva del medio ambiente.

 

Se focalizó desde un área productiva en la búsqueda de la venta de elementos a través de un mercado campesino, fortaleciéndose las habilidades comunicativas y de mercadeo de quienes participaron.