El proyecto “Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias” tiene como objetivo principal reducir las vulnerabilidades de la población refugiada y migrante venezolana en los territorios de acogida. Así mismo, fomentar la integración socioeconómica, la gobernanza migratoria y la planificación hacia un desarrollo urbano inclusivo. La iniciativa fue implementada en Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, República Dominicana y Trinidad y Tobago.

Mediante la adecuación de espacios comunitarios, talleres de sensibilización sobre la xenofobia, fortalecimiento a las capacidades de las autoridades locales en las respuestas a la migración, el fomento a procesos de generación de ingresos a través del fortalecimiento económico a emprendimientos, el proyecto “Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias” transformó las ciudades de Barranquilla, Bucaramanga y Cúcuta, en territorios de integración e inclusión social.  

Esta iniciativa culminó el pasado mes de junio del presente año, y contó con el apoyo de la Unión Europea y la coordinación del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) en asocio con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), bajo la consigna “ONE UN”. Así mismo, la participación de la institucionalidad local fue clave para el desarrollo de los objetivos.

En la ciudad de Cúcuta, participaron las Secretarías del Banco del Progreso, Secretarías de la Mujer y Cultura del municipio de Villa del Rosario. Para los territorios de Barranquilla, la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía, la Universidad del Atlántico y el Centro de Oportunidades fueron actores claves en la realización de las actividades. 

Finalmente, en Bucaramanga se logró una articulación permanente con la Alcaldía y la Secretaría de Desarrollo Social, Centro Integral para la Mujer (CIM) y La Escuela Musical de Artes (EMA) con el apoyo de la organización Ayuda en Acción. 

El proyecto cuenta con un enfoque urbano- territorial innovador -el cual se caracteriza por abordar las necesidades que tienen las comunidades y transformarlas en espacios de inclusión social. En la ciudad de Cúcuta se realizaron diferentes acciones, como la adecuación del espacio comunitario en el barrio de las Delicias; un territorio caracterizado por el alto número de población refugiada y migrante venezolana, y retornados colombianos. La iniciativa logró impactar cerca de 1.566 personas, principalmente mujeres cabeza de hogar, quienes representaron el 60% de participación.

Entre las acciones que más se destacan se encuentra el fortalecimiento de capacidades a 11 organizaciones de base comunitaria de la ciudad de Cúcuta y el municipio de Villa del Rosario mediante la participación en un diplomado para formulación de proyectos, coordinado por la Alcaldía de Cúcuta y la organización Ayuda en Acción. 

Durante la ejecución del proyecto, funcionarios expertos de las tres agencias de Naciones Unidas participantes (ACNUR, OIM y ONU-Habitat), socializaron con las comunidades intervenidas, diferentes herramientas técnicas para identificar las problemáticas relacionadas con la inclusión social. También realizaron un proceso de fortalecimiento a los lideres y lideresas en temas relacionados con generación de ingresos a través del fortalecimiento económico a emprendimientos, acceso a derechos y gestión de espacios comunitarios.

Generación de ingresos: Fortalecimiento a emprendimientos

En respuesta al objetivo de “Fortalecimiento de capacidades de gobiernos y demás actores” planteado en el proyecto, se promovieron espacios de capacitación a población refugiada y migrante venezolana, retornados colombianos y comunidades de acogida mediante talleres de marketing digital, planes de negocios, comunicaciones, relaciones interpersonales, proyectos de vida, resolución de conflictos, resiliencia y VBG. 

En la ciudad de Bucaramanga, se fortalecieron 18 unidades productivas mediante la dotación de equipos, utensilios y otras herramientas a emprendimientos creados por población refugiada y migrante venezolana; mejorando en un 52% los hábitos relacionados con administración de la economía de los negocios y prácticas empresariales.

La señora América Mejías, nacional venezolana, proveniente del Estado Sucre y beneficiaria del proyecto, destaca la importancia de los talleres de generación de ingresos: 

“Llegué hace 6 años a Bucaramanga, empecé vendiendo tintos y luego ayudando en peluquerías. Inicié en un local pequeño, sin muchas herramientas, pero gracias al apoyo de OIM y Ayuda de Acción pude construir mi sueño (…) Participé en varios talleres que me ayudaron a ser responsable con mi economía, además de recibir los equipos necesarios para tener mi propio salón de belleza. Mi invitación a las personas que llegan a Colombia es que luchen por sus sueños, por aquello que quieren”.

El proyecto entregó dotaciones e implementos a los grupos comunitarios residentes de los barrios Granjas y Viveros de Provenza de la ciudad de Bucaramanga relacionados con arte, danza y fotografía como parte de la estrategia de intervención.  

Empoderamiento de Redes de Lideres y lideresas

Otro componente para destacar fue la creación de redes de líderes y lideresas en los territorios de implementación. Por ejemplo, la alcaldía de Bucaramanga, desde la Secretaría de Desarrollo Social, el programa de Mujer y Género, y el Centro Integral de la Mujer, implementaron las estrategias “sororas”, para trabajar con las mujeres del barrio Granjas de Provenza, teniendo como principal objetivo fomentar la integración y el trabajo comunitario, generando medios de autogestión, empoderamiento y resolución de problemas, entre otros. 

Como resultado de este trabajo con la población priorizada, se creó el grupo de mujeres sororas llamado: “Unidas Somos Más”, que buscaba a través del trabajo comunitario mejorar las relaciones entre ellos, y resaltar el papel de la mujer en los diferentes espacios.

“Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias” se enfocó en la realización de acciones conjuntas que promueven la cohesión social y disminuye los escenarios de xenofobia, donde los territorios participantes aprenden y pueden intercambiar experiencias con un enfoque de solidaridad. Teniendo en cuenta la importancia de la articulación del sector privado en estas actividades, la institucionalidad y las organizaciones locales, esta iniciativa es un ejemplo de buena práctica en pro de políticas públicas que favorezcan la empleabilidad e integración de nacionales venezolanos.