Una crisis puede llegar a estallar por diferentes factores, entre ellos tensiones no resueltas en referencia al agua o la tierra, reclamos relacionados con la marginalización política o socioeconómica, cuestiones relacionadas al cambio climático o el reclutamiento de parte de grupos armados violentos. De no ser abordados, estos factores pueden ejercer presión sobre las poblaciones para la transición que están intentando hacia una recuperación sustentable y hacia soluciones duraderas al desplazamiento.

Junto a las necesidades de recuperación – tales como la restauración de los medios de subsistencia, acceso a vivienda u otros servicios – las dimensiones sociales que mantienen a las poblaciones desplazadas en situaciones de vulnerabilidad también deben ser resueltas.

En situaciones de fragilidad en donde hay un riesgo de deterioro hacia una crisis humanitaria o DE desplazamiento y en otras en las que las comunidades se están recuperando de las crisis, la OIM invierte en las comunidades afectadas y en sus líderes para empoderar a la sociedad civil y prevenir futuras crisis además de mejorar el aspecto de los derechos humanos.