Ayudar a recibir la vida es un acto de amor hacia la humanidad. Así lo entiende Rosa Emilia Paya, una mujer indígena del Resguardo Nasa We´Sx que se encuentra en el municipio de Planadas, Tolima. Hace 30 años practica el oficio de la partería, y es reconocida como lideresa y defensora del legado cultural de su pueblo.

Rosa Emilia es un nexo vital entre la comunidad y las instituciones de salud en esta región del país. Su liderazgo permitió que el proyecto Salud para la Paz - Fase II - pudiera insertarse en medio de las prácticas de salud tradicionales de los Nasa We´Sx, que se destacan por el uso de plantas y bebidas ancestrales. 

Salud para la Paz es un proyecto ejecutado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), gracias al apoyo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz (MPTF) y bajo el liderazgo técnico del Ministerio de Salud y Protección Social.

 

 

La partería, un rol y una práctica que preserva la cultura de los Nasa We´Sx

A los 8 años Rosa Emilia vio cómo su abuela practicaba la partería, una actividad que también fue ejercida por su padre, cacique de la comunidad, y su tía. Estos ejemplos la motivaron a ejercer esta actividad, que está en el ADN de los Nasa We´Sx, junto con otras prácticas, como la de los sobanderos y pulsadoras.

Desde los 33 años asiste a vecinas y familiares, y hasta ahora, cuenta con orgullo, no ha tenido ningún accidente. “Cuando tienen un bebé no deben dormir, hay que darles bebida o mover los pies o los brazos. Hay parteras que se descuidan y la mamá se va en un sueño profundo”, explica Rosa, que asegura que estas prácticas no son “agüeros, ni cuentos”.

Sobre esto, puede dar fe María Gladys Tumbo, una de las mujeres que fue asistida por Rosa Emilia. De los dos partos que tuvo recuerda el trato amable, el uso de las plantas medicinales y el baño que recibió con agua caliente. Destaca que dar a luz con la ayuda de las parteras es esencial en su cultura.

Para esta comunidad el territorio, ancestralmente, representa resguardo y protección y todo lo que forma parte de él es vital. En ese marco, las plantas son esenciales en la práctica de la medicina tradicional.

Prácticas culturales que revelan brechas

Si bien estas prácticas son verdaderas riquezas culturales, también revelan las brechas que existen entre la medicina tradicional y la occidental. Por ejemplo, muchas mujeres no asisten a la única entidad de salud de la región, Hospital Centro ESE de Planadas, porque no se sienten cómodas al ser atendidas por funcionarios masculinos. “Las mujeres no son tan abiertas para exponerse a los hospitales, sienten pena o vergüenza y deciden buscar parteras”, comenta Aidé Lidia Supe Paya, hija de Rosa Emilia.

La falta de conocimiento de la lengua Nasa Yuwe, por parte de los funcionarios del hospital, es otro motivo que no permite una interacción fluida entre la institucionalidad y los Nasa We´Sx. Muchos de sus integrantes solo hablan esta lengua y este aspecto no es tenido en cuenta en el hospital, por ejemplo, al momento de atender un parto.

Otro factor, que amplía esta brecha, es la distancia entre las veredas y el hospital. El tiempo que lleva el traslado a este centro de salud es entre dos y cuatro horas, dependiendo de las vías, que por lo general no están buen estado.

A esto se suman indicadores de salud desfavorables para la población. Según el Análisis de Situación en Salud de Planadas 2019 (ASIS2019) las prioridades de atención están direccionadas hacia las enfermedades propias de la infancia, por ejemplo: infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas agudas y desnutrición en menores de 5 años; las cuales presentan indicadores, tanto de morbilidad como de mortalidad, superiores a la media nacional y departamental. 

En términos de enfermedades transmisibles, es un territorio endémico para leishmaniasis, dengue, chagas y leptospirosis, que requieren la implementación de acciones de prevención y control.  

Para las enfermedades no transmisibles, de acuerdo con los indicadores epidemiológicos del municipio, las prioridades están centradas en acciones de prevención y control de cáncer de mama, mortalidad materna y mortalidad infantil.

La salud conecta el mundo indígena con el occidental

Para Rosa Emilia, conservar el legado cultural e impulsar el desarrollo de su comunidad son dos objetivos que no se contraponen. Desde sus 26 años apoya a la comunidad o como ella dice: “comparte con la comunidad”.


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Rosa Emilia conecta con las instituciones de salud de la región, tiene una visión flexible e integradora sobre la promoción del autocuidado individual y colectivo y aporta a la gestión efectiva del derecho a la salud de la comunidad indígena. Esto, teniendo en cuenta su cosmovisión, saberes ancestrales y las dinámicas propias.

“Como partera miro si la mamita está participando del control prenatal. Si está sobre tiempo y veo que no tiene capacidad para tener a su hijo en la casa, entonces llamo a la ambulancia, ellos nunca me han negado su colaboración”, comenta.  

Desde agosto de 2020, Salud para la Paz está presente en el territorio y una de sus primeras acciones fue la creación de la red de vigilancia en salud pública comunitaria, la cual ha permitido dinamizar y acercar las autoridades municipales con la población. La red ha motivado a líderes comunales, jóvenes y población en general a volver a creer en la institucionalidad.

Rosa Emilia reconoce la importancia del trabajo coordinado con el sistema de salud y tiene una percepción positiva de los procesos de atención que recibe su comunidad en el Hospital Centro ESE de Planadas y la relación con las autoridades en salud del territorio.

“Nosotros no sabíamos cómo llegar al hospital, cómo hablarles a los doctores y de qué manera solicitarles. Vamos abriendo los ojos porque la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está facilitando a las mujeres la salud y la mejora de nuestra calidad de vida”, destaca Rosa Emilia.

Con el apoyo del proyecto Salud para la Paz - Fase II - dinamizado, en el año 2020, por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se ha iniciado el proceso de articulación, para el fortalecimiento del Sistema Indígena de Salud Propio Intercultural (SISPI). Esta acción cuenta con la participación activa de las Entidades Administradoras de Planes de Beneficio - EAPB, autoridades departamentales y municipales en el resguardo indígena y la Mesa Municipal SISPI Planadas.

Todavía queda mucho por hacer con los Nasa We´Sx. Por ejemplo, que la red de vigilancia en salud pública con base comunitaria sea integrada por el municipio y pueda ser ampliada; que la comunidad fortalezca su Comité de Vigilancia Epidemiológica Comunitaria (COVECOM) y que las autoridades locales y regionales sigan apoyando al Resguardo Indígena, a través de la visibilidad y fortalecimiento de sus saberes ancestrales.  

Gracias al empuje de Rosa Emilia, la salud tradicional y occidental están más cerca para beneficiar a su comunidad y mirar el futuro con optimismo.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR