Mónica* tiene claro su futuro a mediano plazo. Junto con seis compañeros de una asociación de recicladores, se proyectan como una empresa que permita liderar el proceso de reciclaje en Cúcuta y dar empleo a sus compatriotas venezolanos. La asociación ha sido para ella  la oportunidad de entregar a su familia un sustento diario. 

Oriunda de Venezuela, Mónica y su esposo tomaron la determinación de salir de su país. Luego de hacer cuentas, trazar un plan de trayecto y vender sus electrodomésticos y enseres, emprendieron su camino hacia Colombia hace más de dos años. El primero en salir de su casa fue Leonardo*, su esposo, quien llegó un mes antes a suelo santandereano para “probar suerte y tantear terreno”.  “El llevaba un mes acá y yo no esperé más. Yo me vine rápido Cuatro días duré para llegar aquí, cuatro días caminando con mis hijos”, recuerda.

Para la familia, los primeros meses fueron complejos. Con dificultad para obtener un empleo, en ese momento era todo un reto obtener el  sustento para sus cuatro hijos. En Venezuela, Mónica y su esposo trabajaban en su puesto de comida rápida, un oficio en el que habían adquirido mucha destreza y que habían aprendido a amar. Sin embargo, en su nuevo hogar, se esforzaron por desaprender para dar espacio a un nuevo conocimiento: el reciclaje. 

“El reciclaje fue prácticamente nuestra iniciativa al ver que no conseguíamos empleo, y cuando ya con mis hijos llegamos a conocer cómo era aquí. Seguimos las recomendaciones de personas que nos plantearon esto y ahí empecé a reciclar con mi esposo. Gracias al reciclaje fui conociendo amistades...”, explica Mónica.

Para Mónica las puertas se fueron abriendo debido a su participación en diferentes iniciativas que se realizan para los refugiados, migrantes y colombianos retornados en Medellín. “Allí he aprendido muchas cosas, por ejemplo, en los primeros talleres que nos dieron aprendí todo lo que significa la administración y cómo liderar un negocio, que era algo que yo no sabía. Eso me sirvió de mucho para crear la Asociación, y con el acompañamiento de las personas de los talleres hemos podido darle forma. También nos han enseñado todo lo que tiene que ver con marketing, tuvimos ese curso, y no hace mucho también terminamos el de bioseguridad. Son cosas que hemos aprendido y que no sabíamos”, cuenta Mónica.

La iniciativa a la que se refiere Mónica es Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias; un proyecto apoyado por la Unión Europea en Colombia e implementado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ONU-Habitat y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta alianza busca reducir las vulnerabilidades de los refugiados y migrantes e incrementar la resiliencia de las comunidades de acogida en seis países de América Latina y el Caribe. En Colombia, se implementa en Cúcuta, Villa del Rosario, Bucaramanga y Barranquilla, con el objetivo de fomentar la integración entre la población migrante, refugiada y las comunidades de acogida con un enfoque de prevención de la xenofobia e integración socio económica. En Santander y Norte del Santander, la intervención se está realizando entre la OIM y Ayuda en Acción como socio implementador.  

Al igual que Mónica, 62 emprendimientos participantes en ‘Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias’ se beneficiarán del fortalecimiento de sus unidades productivas, por medio de procesos formativos y de capacitación, lo que les permitirá contar con las herramientas para lograr sostenibilidad a largo plazo.

“De aquí en cinco años...   creo que sí puedo lograr ya no ser recolectora sino pasar a compradora directamente. Es decir, tener mi propia recicladora más adelante, con mi grupo, con mi asociación, para poder darle empleo a otros. Esa es mi idea, mi meta. Ser los grandes del reciclaje en Cúcuta”, expone Mónica mientras sonríe a su esposo.

‘Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias’ espera beneficiar a 1.500 personas a través de tres ejes principales de intervención del proyecto: fortalecimiento de iniciativas empresariales; cohesión social y prevención de conflictos, y fortalecimiento de capacidades locales para la atención y garantía de los derechos de la población refugiada, migrante y retornada. 

*Esta historia es real, sin embargo, algunos nombres y lugares han sido cambiados para proteger la identidad de sus protagonistas.

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 11 - CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES