Comunicado
Local

Nuevas salas de rehabilitación física y atención psicosocial en zonas afectadas por el conflicto armado

USAID y OIM apoyaron la remodelación y acondicionamiento de salas de rehabilitación física y atención psicosocial del país para brindar atención médica y psicológica de calidad en zonas que han sido altamente afectadas por la violencia. Con la inauguración esta semana de estos servicios en hospitales de Buenaventura, Cajibío y Piendamóya son 36 las que han sido fortalecidas en Colombia. 

El conflicto armado ha dejado secuelas en la salud de los colombianos y colombianas. Lili Johana Angulo, madre de dos hijos dedicada a las labores del hogar, lo sabe muy bien. En la guerra perdió a su hija y tuvo que desplazarse de su barrio hacia Cali. El dolor fue tanto que dice que le provocó un tumor en la cabeza; y, aunque la operaron, mitad de su cuerpo quedó paralizado y aún siente una tristeza profunda. “El trauma nunca se va”, afirma.

Sin embargo, nuevas puertas se están abriendo para Lili, y para muchas personas ya sean víctimas del conflicto o pacientes con necesidades de terapia física y psicosocial, gracias a la inauguración de nuevas salas de rehabilitación en Montería (Córdoba), Caucasia (Antioquia) y Cajibío y Piendamó (Cauca) y una de atención psicosocial en el hospital Luis Ablanque de la Plata en Buenaventura (Valle del Cauca). Estos espacios les permitirán acceder a la atención especializada que necesitan para proteger su salud física y mental tras haber sido afectadas por acontecimientos traumáticos, por alguna enfermedad o debido a algún accidente. “Estos nuevos espacios me ilusionan porque creo que las terapias me pueden ayudar a salir adelante, yo sé que puedo. Soy capaz y no necesito mendigar ni que me digan pobrecita”, comenta Lili Johana.

Por mucho tiempo, para acceder a los servicios terapéuticos que requiere, Lili tuvo que poner tutelas y hacer cientos de trámites. “Necesitaba que me dieran los pasajes para ir a Cali y esperar mucho tiempo para que me atendieran especialistas”, recuerda. Sin embargo, las nuevas salas del hospital, que estarán en servicio a partir del 3 de septiembre de 2024, cambiarán esta historia.

Lili

La puesta en marcha de estos nuevos servicios ha sido posible gracias a la articulación de los hospitales, la Alcaldías; las Secretarías Departamentales de Salud; el Ministerio de Salud y Protección Social; USAID y OIM; y para los casos de Buenaventura, Cajibío y Piendamó, el Fondo Colombia en Paz del Departamento Administrativo Presidencia de la República (DAPRE).

La sala de rehabilitación física que entrará en operación en Buenaventura, por ejemplo, cuenta con equipos de electroestimulación, ultrasonido, onda de choque, tracción lumbar y acondicionamiento físico. Además de un simulador de actividades básicas de la vida diaria, un espacio tipo apartamento, donde se les enseña a las y los pacientes a desarrollar las actividades del hogar con la mayor independencia posible. Asimismo, el hospital contará con una sala de atención psicosocial dotada con sofás y material terapéutico para que la atención psicológica se dé en un ambiente tranquilo, de confianza y que invite a la relajación.

Para Eric Raymond, subdirector de la Oficina de Construcción de Paz y Gobernabilidad de USAID, “estas obras son de vital importancia para cumplir con las medidas de reparación a las que tienen derecho las víctimas. La rehabilitación física y psicoemocional es fundamental para garantizarles una atención integral sin tener que desplazarse largas distancias y gastar grandes sumas de dinero. Esto es esencial para el bienestar de las familias y el futuro de la comunidad”, sostiene.

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Buenaventura será el tercer municipio, de nueve, que se verán beneficiados con este tipo de instalaciones en 2024. Además de esta sala, el próximo 4 de septiembre, también entrarán en operación espacios similares en Cajibío y Piendamó para beneficiar a cerca de 70.000 personas, la mayoría habitantes de zonas rurales, alcanzando un total 36 servicios dotados en el país gracias al respaldo de USAID y OIM.

Como lo explica Salvador Gutiérrez, subdirector de Programas de Paz de la OIM en Colombia, esta apuesta “es indispensable mejorar la salud mental y el bienestar integral de los y las sobrevivientes del conflicto armado y de las poblaciones más vulnerables para alcanzar la paz en Colombia. Estos procesos no solo alivian el dolor físico, sino que también brindan oportunidades de inclusión y desarrollo personal”, afirma.

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En esto coincide, Lina Marcela Álvarez, integrante del comité municipal de discapacidad de Caucasia (Antioquia) donde también se acaban de entregar nuevas instalaciones. “Desde muy pequeña he necesitado de estos servicios y me tocaba desplazarme hasta Medellín o Montería, adónde un solo trayecto me cuesta $40.000. Estas obras son un gran alivio para mí”, resalta.

El pasado 9 de agosto, en el hospital San Jerónimo de Montería, USAID y OIM también apoyaron la puesta en funcionamiento de una sala de rehabilitación pediátrica. Esta atenderá menores con condiciones neurológicas, retraso en el desarrollo, dificultades de comunicación y de aprendizaje. “Tenemos un gran compromiso con la atención de la población infantil, porque sabemos la importancia que tiene para el desarrollo de nuestra región que los niños y niñas crezcan saludables”, manifestó Guillermo Hoyos Náde, gerente de este Hospital.

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